Vista de Salzburgo desde el Mönchsberg. Foto: Getty Images

Por qué los amaneceres en Salzburgo son los más espectaculares de Europa

Es una de las ciudades más importantes de Austria, sobre todo, por su patrimonio cultural. Escuchar música de Mozart en la sala donde dio su primer concierto o disfrutar de los primeros rayos de sol al son de las campanas de sus 27 iglesias no tiene precio.

Álvaro Hermida | 18 Mar 2024

En las montañas que cruzan de lado a lado la ciudad que vio nacer a Mozart se encuentra una experiencia capaz de trascender el terreno de lo material y llegar de lleno al espíritu. Además, Salzburgo es una de las urbes más ricas en historia y tradición Europa. Visitarla es prioritario.

El autor austríaco Hermann Bahr describió a Salzburgo como “una música convertida en piedra”. No es una sorpresa que esta ciudad sea conocida en alemán como Musikstadt, o “ciudad de la música”. La relación íntima que esta urbe a los pies de los Alpes orientales con el arte de las musas está muy presente desde hace siglos. Hoy en día, ofrece alimento para el alma en una zona de Europa que invita al turismo por su riqueza natural. 

Cómo llegar a Salzburgo desde España

Lo primero que hay que saber es lo siguiente: el único aeropuerto que tiene una ruta directa con Salzburgo es el de Palma de Mallorca. Esto significa que las opciones se limitan a hacer escala en la capital de las Baleares o, en cambio, viajar hasta Múnich y hacer el resto del trayecto en tren o coche (que llevará algo menos de dos horas).

A pesar del aumento de horas de viaje que esto puede suponer, en la experiencia de este autor, esa debe ser la elección. En primer lugar, porque la espera en las escalas puede sumar una cantidad enorme de horas al viaje. Por otro lado, hay que tener en cuenta que, si eliges ir por Múnich, no solo podrás visitar la capital de Baviera, sino que el trayecto merece la pena

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La calle Getreidegasse, en Salzburgo. Foto: Getty Images

Esto se debe a que la ruta discurre desde las orillas de los lagos Sims y Chiem en Alemania, dos de las joyas naturales del país Europeo hasta los Alpes. Cuando le queden poco más de 40 minutos al trayecto, las suaves colinas dejarán su lugar a escarpadas y nuevas (en el sentido más geológico de la palabra) montañas. 

Precisamente en esta zona es donde se encuentra una de las atracciones más controvertidas de este viaje: el pueblo de Berchtesgaden, lugar de recreo del partido Nazi, cerca del cual se sitúan Berghof (la casa de verano de Hitler) y el Nido del Águila (Kehlsteinhaus), el regalo del partido nacionalsocialista a su líder en lo alto de las montañas. 

Qué hacer en Salzburgo a primera hora de la mañana

Salzburgo es una una urbe relativamente pequeña (a pesar de ser la cuarta más poblada de Austria). Tan solo viven en ella 148.000 habitantes, lo que la equipara en tamaño con Salamanca. Ese es uno de sus principales atractivos: es una ciudad íntima, en la que llegar a cualquier sitio es cosa de 10 minutos (de los de verdad, no de los madrileños). 

Dentro de la ciudad, a pesar de su tamaño, coinciden 27 iglesias, todas con su propio campanario. Esto hace que a horas clave, como las 8 y las 9 de la mañana, sus espadañas toquen al unísono una melodía que llena el ambiente de la ciudad hasta el último rincón. El Carrillón de Salzburgo, como lo llaman los lugareños, no está limitado a una sola torre, sino a esas 27. Las mismas calles de la ciudad, con un strudel de manzana vienés en la mano, se convierten en el lugar más privilegiado para experimentar ese impresionante coro de campanas.

Pero esa experiencia se puede llevar a un nivel superior y esta es la forma de lograrlo: ponte las botas y asciende hasta los verdes campos que rodean el Museo de Arte Moderno de Salzburgo, sobre el Mönchsberg, uno de los tres montes (junto al Kapuzinerberg y el Festungsberg) que dividen la ciudad. Desde allí observa un amanecer como no has visto jamás, mientras el sol surge tras los Alpes acompañado por el sonido celestial de las campanas. El efecto sobre el espíritu de la belleza de ese momento es sobrecogedor. Pocas vivencias así se pueden encontrar en Europa. 

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Un preciosa vista de Salzburgo al atardecer. Foto: Getty Images

Tras esta experiencia, con la que es más que recomendable empezar la visita, toca hacer turismo del puro, pues Salzburgo está lleno de historia. De visita obligada es el Hohensalzburg, una fortaleza-castillo que data del siglo XI y que vigila la ciudad desde la cumbre del Festungberg. Remodelada en el siglo XV por el arzobispo Leohard von Keutschach. Hoy en día hace las funciones de museo de la ciudad. 

La siguiente parada será el Palacio de Mirabell, que data de inicios del siglo XVII, actuales oficinas del ayuntamiento y que alberga la Marmorsaal (salón de mármol). Este es el lugar donde Wolfgang Amadeus Mozart, junto a su padre Leopold y su hermana Maria Anna (conocida como Nannerl), ofrecían conciertos en la ciudad austríaca. Hoy por hoy, debido al inmenso legado, no solo podrás disfrutar de los jardines y pasillos del palacio, sino que se organizan de forma regular conciertos en tributo a la obra del compositor. Esto es importante: no se escucha a Mozart en ningún sitio como en Salzburgo. 

A todas estas atracciones hay que sumarle la casa de nacimiento de Mozart, el palacio de Hellbrunn y la Catedral de Salzburgo (así como las otras 12 capillas e iglesias del centro histórico de la ciudad). 

Cuántos días necesitas para visitar Salzburgo

La respuesta a esta pregunta (al menos en los destinos que merecen la pena) es la de siempre: cuanto más mejor. Por supuesto, esto es una imposible. La respuesta real es que con cuatro días irás sin prisas y con tres te dará tiempo a visitar todo lo importante y a descansar con paseos a la orilla del Salzach (el río que divide la ciudad), por los parques y por jardines. 

Es posible, si madrugas mucho y trasnochas, limitar la estancia a un fin de semana, pero te saltarás cosas muy importantes y será más difícil sumergirte en la cultura local. 

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Tower Weisses Kreuz, un hotel boutique con seis habitaciones en el centro de Salzburgo.

Es importante puntualizar que Salzburgo, debido a su envidiable localización al pie de espectaculares montañas, te ofrece la posibilidad de embarcarte en un viaje dedicado al trekking y al senderismo. Los bosques y montañas al sur de la ciudad, nada más atravesar la frontera alemana, son una joya para los aficionados a echarle kilómetros a sus botas. 

TURIUM TIPS

1

Si empezaste el día con el amanecer en la cima del Mönchsberg, el atardecer es mucho mejor disfrutarlo sobre el Kapuzinerberg, aunque es una subida mucho más complicada. Las vistas de cara al oeste desde este monte son espectaculares. 

2

Si quieres comer de forma tradicional, el Bärenwirt (Müllner Hauptstraße, 8) es una posada que ha servido comidas sin descanso desde 1663. Backhendl (pollo frito vienés), sopa de arenque, cremas de espinacas o goulash son algunas de sus especialidades. 

3

Para dormir en Salzburgo las opciones se multiplican. Si quieres hacerlo como un  habitante más de la ciudad, te proponemos Townhouse Weisses Kreuz. Este edificio del siglo XVII en el centro de la ciudad ha sido rehabilitado y decorado por el interiorista belga Axel Vervoordt. Y cuenta con seis habitaciones que son puro lujo minimalista y un jardín interior al pie del monte Festunsberg.

4

Múltiples túneles atraviesan las enormes montañas que dividen la ciudad, con lo que a la hora de elegir alojamiento o planear las rutas, no tienes por qué preocuparte de tener que escalarlas o dar enormes rodeos, aunque en un mapa parezca lo contrario.