NO TE PIERDAS Este pueblo del Valle de Arán es el más alto de la zona y está cubierto de flores todo el año
Cómo llegar a la isla de Bled, el paraíso esloveno en uno de los lagos más bonitos del mundo
Aunque cuenta con apenas 5.000 habitantes, el pequeño pueblo de Bled es quizá el reclamo turístico más importante de Eslovenia. Quien ha viajado hasta allí, lo sabe.
Este país, que no siempre está el primero en las listas de futuros destinos, subirá en tu ranking cuando veas el paisaje idílico de este secreto a voces en los Alpes Julianos. Porque sí, Bled es una de las joyas ocultas de Europa (al igual que Salzburgo y sus amaneceres). Si te consideras un explorador con gusto por lo exclusivo, este rincón esloveno, con su lago de aguas turquesas y su icónica isla coronada por una iglesia, es un destino que parece sacado de un cuento.
El castillo de Bled, construido sobre un imponente acantilado que domina el lago, se menciona por primera vez en 1004, cuando el emperador alemán Enrique II lo donó al obispo de Brixen. Desde entonces, ha sido testigo de innumerables eventos históricos, resistiendo asedios y cambios de poder. La fortaleza no solo ofrecía protección, sino que también se convirtió en un símbolo del poder eclesiástico y secular en la región.
En el centro del lago se encuentra la isla de Bled, un pequeño pero emblemático islote que alberga la Iglesia de la Asunción de María. Esta iglesia, con su característica torre campanario, ha sido un lugar de peregrinación desde la Edad Media.
Durante el siglo XIX, Bled comenzó a ganar fama como un destino de salud y descanso, gracias a su clima templado y aguas termales. Fue entonces cuando la aristocracia europea descubrió este rincón paradisíaco, y Bled se convirtió en un refugio de lujo y bienestar. Incluso el mariscal Tito, líder de la antigua Yugoslavia, tuvo aquí una residencia de verano, lo que añade un capítulo más a la rica historia de este lugar.
La travesía hasta Bled
Primero lo primero, ¿cómo llegar a este paraíso? La buena noticia es que Bled es más accesible de lo que parece. El aeropuerto más cercano es el Aeropuerto Jože Pučnik de Liubliana, a solo 36 kilómetros de distancia. Desde ahí, puedes alquilar un coche (una opción muy recomendada para explorar los alrededores a tu ritmo y encontrarte con alguna de las carreteras europeas de culto) o tomar un taxi. Si prefieres el transporte público, los autobuses y trenes desde Liubliana te llevarán directamente a Bled en aproximadamente una hora.
El lago de Bled
El Lago Bled, de origen glaciar, es famoso por su agua cristalina y su idílica isla en el centro. Pero, ¿qué hace a este lugar tan especial? Para empezar, su paisaje es de una belleza sobrecogedora. Ponte en situación: un lago rodeado de montañas verdes, con un castillo que parece colgarse de un acantilado y con una pequeña isla en el medio, adornada por la Iglesia de la Asunción de María.
Navegando hacia la isla de Bled
Llegar a la isla es una aventura en sí misma. Puedes optar por alquilar una tradicional "pletna", una especie de góndola eslovena, y dejarte llevar por un remero local. Estas embarcaciones, hechas a mano y decoradas al detalle, son parte del patrimonio cultural de la región. Si eres de los que mezclan placer con deporte, también puedes alquilar un bote de remos y dirigirte a la isla por tu cuenta. De cualquier manera, el paseo en el agua es toda una experiencia que te permite disfrutar de vistas impresionantes del lago y sus alrededores.
La iglesia de la isla
Una vez en la isla, no te puedes perder la Iglesia de la Asunción de María. Esta iglesia barroca, construida en el siglo XVII, es famosa por su campana de los deseos. La tradición dice que si tocas la campana tres veces y pides un deseo, este se hará realidad. La subida de los 99 escalones que llevan a la iglesia puede ser un poco desafiante, pero las vistas desde la cima y la posibilidad de hacer sonar la campana hacen que el esfuerzo valga la pena.
Explorar el castillo de Bled
Otro punto imperdible es el Castillo de Bled, que se eleva majestuoso sobre un acantilado a 130 metros sobre el lago. Este castillo medieval, que data del siglo XI, ofrece algunas de las mejores vistas panorámicas del lago y los Alpes Julianos. En su interior, encontrarás un museo que narra la historia de la región, una capilla gótica y una bodega donde puedes degustar vinos locales. Además, el restaurante del castillo es un lugar ideal para disfrutar de una comida con vistas espectaculares.
Relajación y lujo
Para aquellos que prefieren el lujo y la relajación, Bled no decepciona. Hay varios spas y centros de bienestar en la zona donde puedes disfrutar de tratamientos relajantes con vistas al lago. El Grand Hotel Toplice, un establecimiento de cinco estrellas, ofrece instalaciones de spa de primer nivel y una piscina termal. Además, no te puedes ir sin probar el famoso pastel de crema de Bled, conocido como "kremšnita". Este delicioso postre es una verdadera delicia que ha deleitado a los visitantes durante décadas.
Una despedida perfecta
Antes de concluir tu viaje, asegúrate de dar un paseo al atardecer alrededor del lago. El sendero que lo rodea es ideal para una caminata tranquila mientras disfrutas de las vistas cambiantes con la luz del crepúsculo. La calma y serenidad del entorno, combinadas con la belleza natural del lago y la isla, serán el mejor recuerdo de tu visita. Te lo aseguramos. .
TURIUM TIPS
Un chapuzón en el lago: Aunque las playas y ríos se llevan toda la fama a la hora de bañarse, el lago Bled rompe con esta norma. Sus aguas azules, tranquilas y frescas invitan a sumergirse como si fuera una gran piscina natural. Se puede nadar en cualquier parte del lago, pero hay áreas designadas específicamente para ello.
La Garganta de Vintgar: a solo unos kilómetros de Bled, este cañón es una opción fantástica para una caminata. Con 1,6 kilómetros de largo, recorre sus puentes de madera y cascadas. Es un lugar perfecto para los amantes de la naturaleza y la fotografía.
Relajarse en el Wellness Živa: Disfruta de un día de relajación en el centro de bienestar del hotel Rikli Balance. Ofrece piscinas termales, saunas y tratamientos de spa con vistas al lago.
Situada en la localidad palentina de Baños de Cerrato, la iglesia de San Juan de Baños es considerada la más antigua de España, así como una de las más bonitas.