
La ciudad en Rumanía rodeada de fortalezas desde donde puedes visitar el castillo de Drácula
La llaman la puerta a Transilvania y es una tierra llena de leyendas, pues, entre todas las ciudades de Rumanía, Brașov destaca por ser donde se encuentra el castillo de Drácula.
Hay lugares en los que la línea entre realidad y ficción se vuelve difusa. Hablamos de paisajes de leyenda, cuyo nombre ha quedado eternamente unido a historias de brujas y criaturas mágicas, pueblos que parecen de otro planeta y fortalezas medievales ocultas bajo la sombra de personajes míticos, como Drácula. Un ejemplo de ello es Braşov, una ciudad en el corazón de Rumanía atada para siempre a la leyenda del vampiro más famoso de todos los tiempos.
Si bien Drácula salió de la imaginación de Bram Stoker, se cree que en el castillo de Bran vivió Vlad Țepeș. Este tétrico personaje, que gobernó el principado de Valaquia con mano de hierro, se ganó el apodo de ‘El empalador’ por la forma que tenía de asesinar a sus enemigos. Aunque las pruebas que demuestran que el príncipe rumano vivió en la fortaleza de Braşov son muy escasas, merece la pena visitar la ciudad y perderse en el interior de la imponente construcción.
Un paseo por Braşov, la puerta a Transilvania
Lo primero que llama la atención al llegar a Transilvania es lo mucho que difiere del paisaje de Bucarest. Aquí no encontrarás los inmensos palacios de la capital, ni tampoco sus arcos del triunfo y sus cúpulas. Braşov es una tierra de leyenda, una ciudad rodeada de bosques y montañas que se viste de verde con el buen tiempo y se cubre con un manto blanco durante los meses de invierno.
Ni las fachadas de colores ni los tejados rojos que dominan el horizonte de esta localidad consiguen quitarle ese aire misterioso, digno de las mejores novelas góticas. Parte de la culpa la tienen sus murallas medievales, que parecen querer proteger a sus habitantes de la influencia del mundo moderno. Y también construcciones como la Iglesia negra: el templo gótico más grande de Rumanía. Fue levantada en el siglo XIV y, tras ser incendiada prácticamente por completo, fue restaurada y convertido en un gigantesco museo de 90 metros de largo y 65 metros de alto.

Más luminosa y llena de vida es la plaza Sfatului: aquí se concentra gran parte de la vida de la ciudad, y no es de extrañar. Algunos de los edificios más bonitos de Braşov se encuentran en la plaza. Es el caso de la iglesia de la Asunción de la Virgen: una catedral ortodoxa que destaca por su curiosa arquitectura neobizantina. Por fuera impresiona el alto campanario, coronado por una cúpula blanca. También merece la pena visitar el interior, recubierto de pinturas al fresco, y observar el iconostasio dorado.
En esa misma plaza también nos topamos con la Casa del Consejo, que en el pasado actuó como Ayuntamiento y que a día de hoy alberga el Museo de Historia de Braşov. Este es el lugar perfecto para conocer la historia de la ciudad, que se narra en un curioso recorrido compuesto por más de 3.300 objetos, entre los que destacan piezas de cerámica de la edad del hierro y los restos romanos encontrados en el Valle de Olt.
Así es el castillo de Drácula
Al norte del municipio, a media hora de trayecto en coche, se encuentra el castillo de Bran: una fortaleza de estilo neogótico que comenzó a construirse en el siglo XIV y que a día de hoy destaca por mantenerse en muy buen estado de conservación. Se cree que aquí vivió el temido Vlad Țepeș, y es seguro que fue la residencia de verano de la reina María de Rumanía. Sin embargo, este monumento nacional conoció pocos moradores y aún menos episodios bélicos, lo que explica su entereza.

Más allá de la leyenda que rodea este complejo histórico, lo que se sabe es que el hombre que inspiró a Bram Stoker para crear al conde Drácula pasó un tiempo encerrado en sus mazmorras. También es posible que la imponente silueta del castillo, repleto de torres y lleno a rebosar de escaleras retorcidas y pasadizos subterráneos, ayudase al escritor a imaginar la temible fortaleza del vampiro.
Numerosas visitas guiadas recorren el interior del edificio, en cuyo interior aún se conservan piezas del mobiliario medieval original. También se mantienen multitud de instrumentos de tortura, que ayudan a conservar el halo de misterio que rodea el lugar. Los tours, disponibles en español, mezclan la realidad con la ficción y permiten obtener una visión completa de uno de los lugares más interesantes de toda Transilvania.
TURIUM TIPS
Dicen que son las cataratas del Niágara de Andalucía, así es la cascada más alta de Jaén
En la provincia de Jaén, concretamente en el Parque Natural de Despeñaperros, se encuentra la cascada de la Cimbarra, que puede presumir de ser el salto de agua más alto de Andalucía.