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Chefchaouen, la ciudad azul de Marruecos rodeada de bosques que es perfecta para huir del invierno
La ciudad azul de Chefchaouen está situada en el noroeste de Marruecos. Recibe esta denominación porque las fachadas de sus casas, las escalinatas, los patios interiores y hasta el suelo están pintados de este color.
La llaman la ciudad azul de Marruecos y su belleza es excepcional. Pasear por sus laberínticas calles, ubicadas en una de las laderas de la cordillera del Rif, es una experiencia en sí misma. Es un pueblo hecho obra de arte. Sin embargo, su atractivo no reside solo en eso. Al igual que sucede si haces una visita a Marruecos, Chefchaouen ofrece un amplísimo patrimonio cultural y preciosos riads donde puedes alojarte.
Llamada originalmente Chaouen, fue el refugio de los moriscos y judíos expulsados de España por los Reyes Católicos. Esa es la razón por la que la parte antigua de la ciudad se asemeja a un pueblo andaluz con mucho encanto. Además, se trata de un destino privilegiado para los que aman la naturaleza, gracias al entorno espectacular que lo rodea. El encanto de esta localidad no nos extraña si tenemos en cuenta los destinos tan espectaculares que alberga Marruecos.
Si lo que quieres es escapar del frío, la ciudad azul de Marruecos es el destino ideal. Su clima mediterráneo de montaña hace que los inviernos sean frescos y húmedos, y los veranos suaves. Los últimos meses del año son el momento ideal para visitarla, pues las temperaturas empiezan a descender, pero aún son agradables. Y lo más importante, los colores otoñales de los bosques de los alrededores crean un ambiente especial y hacen que sea una época perfecta para hacer senderismo y disfrutar de las actividades al aire libre.
Sobre el color de sus casas hay dos teorías: la primera, que es una decisión práctica, ya que se considera que el azul espanta a los mosquitos. La segunda es de carácter histórico, ya que los judíos utilizaban el azul para diferenciarse de los musulmanes, cuya cultura se asocia al color verde del que se pintan las puertas y ventanas en muchos pueblos y ciudades de Marruecos. Sean o no correctas estas teorías, lo que no se puede negar es la belleza de esta población.
Qué ver en Chefchaouen, la ciudad azul de Marruecos
La Medina de Chefchaouen es digna de ser vista, se trata de la zona más antigua de la ciudad, la que se encuentra dentro de las murallas. Está llena de calles estrechas y sinuosas que invitan al visitante a perderse entre sus pequeños comercios de vistosos colores. Se halla en la ladera de la montaña. Por ella se distribuyen los artesanos de la madera, la lana y el curtido. Es la parte de la ciudad que resulta más atractiva y donde el viajero puede vivir la cultura propia de la zona.
Una vez dentro de la medina, en el centro de la misma, se encuentra la plaza Uta al-Hamman, uno de los puntos de mayor interés donde llama la atención la gran variedad de tonos azules que la forman. Siempre está llena de gente y en ella se encuentran la Gran Mezquita. A su alrededor hay terrazas, encantadoras cafeterías y restaurantes, donde poder degustar productos autóctonos.
Lo más característico de esta plaza es la fuente que se encuentra en el centro. Antiguamente, las fuentes eran uno de los pilares de la medina y prácticamente la única forma de proporcionar agua a sus ciudadanos.
Una vez en la plaza Uta al-Hamman debes visitar la Kasbah o alcazaba, una fortaleza de imponentes muros rojos, que se encuentra en el centro del casco antiguo del pueblo azul de Marruecos. Fue construida debido a la necesidad de defenderse de los continuos intentos de adueñarse de la costa norte del país. Se consideró que esta localidad era perfecta para este cometido, por estar oculta entre las montañas y abastecida por un río.
Además, la alcazaba cuenta con unos jardines en los que se respira paz y puedes descansar del ajetreo. Allí también se encuentra un museo con una importante colección de armas antiguas, fotografías históricas de la ciudad y valiosos textiles.
Después puedes seguir por la Gran Mezquita. Situada en otro de los extremos de la plaza, data del siglo XV y, como es habitual, no es visitable para los no musulmanes. En ella sobresale un alminar octogonal muy poco común en las mezquitas de Marruecos.
Pasear por el zoco de Chefchaouen es una experiencia que no te puedes perder, pues aquí encontrarás una interminable sucesión de tiendas con los artículos más variopintos. Si avanzas por el zoco llegarás hasta la calle comercial, que desemboca en la Plaza Zaituna. Tiene un olivo centenario de generosas dimensiones en el centro, razón por la que recibe ese nombre, ya que significa aceituna en árabe.
La Mezquita Bouzaafer es la guinda del pastel. Cuando se acerque la puesta de sol, será el momento de visitarla. Las vistas que se observan desde ese punto, junto con los colores del atardecer, que posteriormente darán lugar a la luz que emite la propia medina, son dignos de una postal. Ten en cuenta que para llegar hay que transitar durante 25 minutos por una pendiente, no es muy dura pero sí larga.
TURIUM TIPS
Otros lugares cercanos que puedes visitar: hay lugares al aire libre tan singulares como las espectaculares cascadas de Akchour, dentro del Parque Nacional de Talassemtane; o la cueva de Knadel, una misteriosa gruta que podrás explorar.
Dónde comer en Chefchaouen: hay una amplia variedad de restaurantes donde se puede probar la deliciosa cocina tradicional marroquí. Muchos de ellos los encontrarás en torno a la Plaza Uta al-Hamman, como Hamsa. Esta plaza es un lugar ideal para descansar y disfrutar de los platos típicos de la zona. Otros establecimientos que son una buena elección son Sindibad o Beldi Bab Ssour.
Dónde alojarse en Chefchaouen: una buena opción es Vancii Hotel, que se encuentra a 70 metros de la Kasba. Dar Sababa, por el contrario, se encuentra a las afueras, en lo alto de la colina, pero las vistas desde allí son de las mejores de la ciudad.
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