
Ni Versalles ni Buckingham, el palacio más grande del mundo perteneció a un rey español y es una joya desconocida
El palacio más grande del mundo se encuentra en Caserta, en la región de Campania, y fue obra de Carlos III de España.
Durante siglos, mandatarios de todas las regiones se empeñaron en mostrar su poderío al mundo. Para ello, construyeron castillos espectaculares, iglesias y residencias reales, algunos de los cuales han sobrevivido hasta nuestros días como verdaderas obras de arte. Sin embargo, solo un rey logró construir el palacio más grande del mundo: fue Carlos III de España y lo hizo en Italia. Hablamos del Palacio Real de Caserta.
Esta obra de la arquitectura y la ingeniería comenzó a construirse en 1572, en la ciudad del mismo nombre. Varios siglos después, en 1997, fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Inspirado tanto en Versalles como en el Palacio Real de Madrid, y llamado a rivalizar con ellos en tamaño y esplendor, destaca no solo por sus edificios de estilo barroco, sino también por sus parques y jardines, perfectamente integrados con los alrededores.
El palacio más grande del mundo fue capricho de un español
Si por algo ha llegado la figura de Carlos III hasta nuestros días es por sus importantes contribuciones a la mejora urbanística de Madrid, lo que le llevó a ser apodado como el mejor alcalde de Madrid. Además de ensanchar, pavimentar e iluminar viejas calles y crear otras nuevas, fue el responsable de la construcción de numerosos edificios emblemáticos.
Obras suyas son el Museo del Prado, el Real Jardín Botánico y el hospital que hoy en día alberga el Museo Reina Sofía. Sin embargo, su poder e influencia llegó mucho más allá de Madrid. Al fin y al cabo, antes de reinar sobre el territorio español fue rey de Nápoles y Sicilia, lugares en los que se le conocería bajo el título de Carlos VII.

Si bien nunca llegó a vivir dentro el Palacio Real de Caserta, su deseo de contar con una residencia a la altura de Versalles se vio cumplido gracias al trabajo del arquitecto napolitano Luigi Vanvitelli, de su hijo, Carlo Vanvitelli, y de Francesco Sabatini. La obra de este último permanecería unida al reinado del español durante mucho tiempo, pues trabajó en el Palacio Real de Madrid, la Puerta de Alcalá y hasta en la reconstrucción de la Plaza Mayor de la capital.
El Palacio Real de Caserta, uno de los más bonitos de Italia
Máximo exponente del Barroco italiano, pero con un estilo muy cercano al Neoclasicismo más temprano, el Palacio Real de Caserta no solo destaca por su tamaño. Más allá de sus 47.000 metros cuadrados, sus 1.200 habitaciones y sus más de 1.700 ventanas, a primera vista impresionan sus alargadas fachadas, divididas por pilastras, que sostienen una gran cúpula central.
Pero su belleza no termina en la fachada. El interior del Palacio Real de Caserta es un despliegue de lujo y sofisticación, con salones decorados con pinturas al fresco, estucos dorados y mármoles preciosos que recuerdan inevitablemente a la residencia de Luis XIV. Dentro, resaltan especialmente la Escalera de Honor, una joya arquitectónica que conecta la planta baja con los apartamentos reales, y el Teatro de la Corte, una versión en miniatura del Teatro San Carlo de Nápoles.

Uno de los elementos que más fascinan a los visitantes es la perfecta simetría del conjunto, pensada por su arquitecto para reflejar la grandeza de la monarquía borbónica. A esto se suma el impresionante parque que lo rodea: más de 120 hectáreas de jardines con fuentes monumentales, estatuas mitológicas y un canal central que se extiende a lo largo de 3 kilómetros.
Este conjunto paisajístico fue diseñado para ofrecer una experiencia visual única, donde el arte y la naturaleza se fusionan de forma magistral. Paseando por los jardines, es fácil sentirse un miembro más de la corte del rey, pues el agua, los bustos y los parterres de flores le dan al conjunto un aire de lujo muy especial.