La ruta por el Cabo de Gata que pasa por calas recónditas y paradisiacas en las que podrás darte el mejor baño para inaugurar la temporada
La Cala de Enmedio es la primera parada de la ruta que sale de Agua Amarga. Foto : Ángeles Castillo.

La ruta por el Cabo de Gata que pasa por calas recónditas y paradisiacas en las que podrás darte el mejor baño para inaugurar la temporada

Nunca como ahora para recorrer el paisaje lunar del Cabo de Gata y bañarse en sus calas vírgenes. Esta ruta va de Agua Amarga hasta la Cala de San Pedro.

Ángeles Castillo | Mayo 17, 2025

Almería está lleno de rincones seductores como los que más. Níjar es uno de los pueblos más bonitos de España. Y, cuando se hace una ruta por el Cabo de Gata, este ejerce sobre sus visitantes la irresistible atracción del desierto, como si se pisara por primera vez este paisaje lunar. El altorrelieve que dibujan sus pronunciadas siluetas, marcadas por la roca volcánica, y su singularidad geológica, convierte a este rincón de nuestra geografía en la última tentación. Y la primera.

Y es curioso porque aquí, en medio de este escenario de western, o mejor, de spaguetti western, apenas hay sombras, todo es horizonte y el único oasis a la vista es el mar. Esa es su grandeza. El marrón de su sedienta tierra y el azul transparente de sus aguas que te dirán una y otra vez, como un canto de sirena, báñate. Es el Mediterráneo, pero la altura de sus acantilados, lo salvaje del entorno y las profundidades abisales de su costa lo vuelven océanico.

Un paseo entre pitas, palmitos y chumberas

Por fortuna, el hecho de ser una especie de Lejano Este y los mimos derivados de constituirse como Parque Natural Cabo de Gata-Níjar lo han salvado de los naufragios de cualquier boom. Ni rastro de construcciones mastodónticas ni nada que se le parezca. Como mucho, algún cortijo abandonado. Es un territorio, en principio, hostil, que resulta embriagador. Una borrachera de naturaleza completamente virgen.

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Así son la duna fósil y el mar de la Cala de Enmedio. Foto: Ángeles Castillo.

En medio de esta rotundidad de pitas, palmitos y chumberas, irrumpen pueblos blancos con vocación marinera como Agua Amarga, que aún conserva su tradición pesquera, o Las Negras, el más bohemio y presumiendo de blanco frente a sus piedras oscuras. Ambos, pese a ser poderosos reclamos turísticos, no han perdido sus múltiples encantos. Hablamos de las casas bajas encaladas, las barcas de colores amarradas a la orilla y los barecitos para el obligatorio tapeo, a poder ser con música.

La ruta que va de Agua Amarga a la Cala de San Pedro

De Agua Amarga sale la ruta de senderismo elegida, que va hasta la Cala de San Pedro, en total 16,6 km. Es una de los muchos caminos que atraviesan el Parque como cicatrices curadas a base de sal y viento, pero, ojo al dato, no aptos para el verano. No hay ni la sombra de un árbol.

El sendero hay que cogerlo en la margen derecha de la rambla, que sirve de aparcamiento, en la calle Depósito, junto a una pintoresca urbanización. Es ascendente, pero pronto se gana altura y ya solo hay que crestear hasta encontrar la bajada a la Cala de Enmedio, que es nuestra primera parada, a tan solo 2 kilómetros.

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Agua Amarga es un pueblo mediterráneo precioso. Foto: Hotel El Tío Kiko.

No hay palabras para describir la belleza de esta cala, donde las dunas fosilizadas esculpen auténticas olas. Aquí se puede elegir entre bañarse entre imponentes rocas o quedarse en la arena de su playa. El chapuzón, aviso a navegantes, es antológico.

Tras esta inmersión en un mar divino, que ya el tiempo lo permite, y bien provistos de agua para lo que queda, el siguiente hito es la Cala del Plomo, ya no tan paradisiaca porque se puede llegar directamente en coche por una pista de tierra, lo cual la hace más concurrida, pero no le quita belleza.

Así son los caminos que atraviesan el Cabo de Gata

Hasta el Plomo hay otros 2 km de bajar y subir, y siempre con la sensación de estar caminando sobre un mapa en relieve. Es un privilegio andar por este terreno sembrado de plantas resistentes a los rigores del calor y extrañas flores, además de un balcón corrido desde el que pocas veces se pierde de vista el mar. Con la mirada puesta igualmente en el blanquísimo Agua Amarga y la inconfundible Mesa Roldán, que sale en todas las fotos. Un domo volcánico con cima plana en el que se alzan una torre vigía y un faro.

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El paisaje del Cabo de Gata con Las Negras al fondo. Foto: Ángeles Castillo.

A la Cala del Plomo le sigue la de San Pedro, que es legendaria y todo un emblema de la zona, porque fue, y aún es en parte, territorio hippy y nudista. En este punto, la ruta se alarga, por lo que quien lo desee puede volver sobre sus pasos rumbo a Agua Amarga.

El camino de vuelta ofrecerá otra perspectiva. Los que opten por continuar tienen ante sí otros 4,3 km que echar al cuerpo. El regalo es una fuente natural de agua potable, algo de vegetación y las ruinas del Castillo de San Pedro. Ah, y también hay un par de bares muy sui generis, como todo por aquí, con nombres tan evocadores como Route 66 y el Pirata. Tomarse algo en semejante barra será una experiencia sin igual. ¿Robinsones? Un poco.

Una parada para recargar las pilas en Las Negras

Hay más opciones. Se puede hacer todo el recorrido dejando un coche en cada uno de los extremos, con ida pero sin vuelta a pie. Igualmente se puede completar la ruta hasta la Cala del Plomo, que son unos 4 km desde el inicio y otros tantos para volver.

Y después acercarse en coche hasta Las Negras, que siempre merece la pena, por lo bonito que es y también por su ecléctico ambiente, muy de taberna griega, y desde allí salir hacia San Pedro, que es un paseo corto. O llegar navegando en barca, que hay taxis que se echan a la mar. La música, por supuesto, es de Ennio Morricone.

TURIUM TIPS

El Hotel Senderos, en Agua Amarga, es la típica casa blanca de estas tierras. Minimalista, mediterránea y con dos piscinas, una cubierta. En habitación doble con terraza y desayuno, desde 105 euros.
En el mismo pueblo, el restaurante del Hotel El Tío Kiko, a cargo del chef Tomás Rodríguez Villota, propone cena junto a la piscina "en un entorno delicadamente iluminado". Sobre la mesa, anémonas/ortiguillas de mar en fritura andaluza, lomo de boquerón y crema de arroz, por ejemplo. Con reserva previa.
Es el sitio perfecto para dar un paseo en barco. Y, desde luego, nada como ver la costa desde el mar. En La Ruta Pirata hacen recorridos marineros desde el pueblo de Las Negras y desde el puerto pesquero del vecino Carboneras. Podrás navegar por todos estos parajes.