
Esta ruta en coche recorre los faros más bonitos de Huelva entre playas de arena blanca y dunas desérticas
Entre Isla Cristina y Doñana, la provincia de Huelva se llena de paisajes asombrosos, iluminados por faros espectaculares.
Rodeada por agua salada casi en la totalidad de sus cuatro costados, España está llena de destinos marineros, de playas preciosas, de hoteles bañados por la marea y de restaurantes con vistas al mar. Al suroeste del país, el Atlántico barre bravo las costas, y locales y viajeros pueden recorrer la última provincia de Andalucía en una ruta por los faros de Huelva.
De ruta por los faros de Huelva
Si Estados Unidos tiene la Ruta 66, los españoles podemos presumir de tener la Ruta 181, que nos lleva en un recorrido por los principales faros de la Península Ibérica. En Huelva, encontramos un puñado de atalayas de este estilo. Desde Isla Cristina hasta el municipio de Almonte, la costa onubense se llena de luz e invita a los caminantes a seguir la estela de sus torres.
Por algún motivo que se escapa a toda comprensión cuando uno visita sus paisajes, Huelva no es tan popular como el resto de sus hermanas andaluzas. Sin embargo, lugares como el exuberante Parque Nacional de Doñana, con su flora y fauna únicas, o las paradisíacas playas de El Rompido conquistan a todo el que tiene el gusto de conocerlas. ¿Te animas? Acompáñanos en esta ruta por los focos que iluminan la noche de Huelva.
Faro del Cantil, en Isla Cristina
Este no es un recorrido para hacer con prisas, ni mucho menos para hacer a pie. La Costa de la Luz hay que disfrutarla con calma, como quien paladea una buena cena. Lo entenderás cuando llegues a nuestra primera parada, en Isla Cristina, y vislumbres el Faro del Cantil.

Cuando el buen tiempo se hace con el control del clima andaluz, su silueta blanca se recorta contra el azul intenso del cielo. Su curiosa arquitectura, quizás debida a que en un principio no se concibió como punto de luz, sino como depósito de agua; es la protagonista de numerosas instantáneas. Desde su terraza, se pueden disfrutar atardeceres espectaculares, que sin duda se quedarán grabados en tu retina cuando te hayas marchado.
Los faros de El Rompido, en Cartaya
La localidad de El Rompido, en el municipio de Cartaya, es para los viajeros más expertos uno de los rincones más bonitos de Huelva. De faz blanca y alma pesquera, sus faros cuentan, sin necesidad de utilizar palabras, la historia del lugar. Y, por supuesto, iluminan un puerto donde el olor a salitre lo inunda todo.

El faro antiguo data de 1861 y, aunque dejó de funcionar allá por el año 1976, alumbró durante más de un siglo la desembocadura del Río Piedras. Con 18 metros más que el que vino a sustituir, la silueta del faro nuevo despunta justo a su lado, jugando a atravesar la noche con sus haces luminosos.
Faro del Espigón, en Huelva
A menos de una hora en coche, aunque esta vez en la capital de provincia, encontramos el Faro del Espigón o Faro del Dique Juan Carlos I. Construido en 1983, destaca, más que por su belleza, por su compromiso con la sostenibilidad, pues funciona con energía solar que, irónicamente, guía a los barcos, cuando el sol se esconde, hasta el puerto de Huelva.

Si bien su historia es reciente y su arquitectura moderna no destaca, este es un ejemplo perfecto de una construcción que se mimetiza con el entorno. En lugar de enfrentarse al aspecto industrial de sus alrededores, el Espigón se funde con esta franja de costa, creando una armonía tan perfecta que asombra.
Faro del Picacho, en Mazagón
Entre empinadas paredes de piedra y playas de arena dorada que parecen no terminar nunca, a la caída de la noche Mazagón se deja alumbrar por el Faro del Picacho. Aunque no comenzó a funcionar hasta 1902, su cuerpo habla de un tiempo más remoto, pues la atalaya se construyó en 1861.

Levantado sobre ladrillo visto y sillería encalada, su aspecto es un buen resumen de la arquitectura de la zona, donde los colores claros son el mejor antídoto contra el calor asfixiante del sol andaluz.
La Higuera, el final de nuestra ruta por los faros de Huelva
En Almonte, a tan solo media hora en coche de la penúltima parada de nuestra ruta por los fatos de Huelva, nos encontramos con el Faro de la Higuera, que destaca por estar a 50 metros sobre el nivel del mar. También por situarse en un entorno natural privilegiado, en el corazón del Parque Nacional de Doñana.

Entre dunas y marismas, merece la pena ver la Playa de Matalascañas con claridad gracias a la luz de este coloso, que fue construido en 1986 y se ve desde una distancia de veinte millas náuticas, lo que equivaldría a 37 kilómetros para los que no estamos acostumbrados a navegar.