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El viaje en tren más espectacular del mundo se vive en Sri Lanka: una ruta de aventura entre plantaciones de té y paisajes de ensueño
Subirse a un tren en Sri Lanka es todo un espectáculo. Entre paisajes de otro mundo, vagones llenos de vida y paradas inesperadas, te contamos cómo disfrutarlo como un auténtico explorador experto.
Más allá del tren bala de Japón y el Orient Express para conocer Malasia, si Wes Anderson diseñara un tren, probablemente se parecería a los que recorren Sri Lanka. Vagones vintage, ventanas abiertas al viento y pasajeros que parecen salidos de una película de aventuras, esa sería la sinopsis. Pero aquí no hay actores ni decorados, solo pura autenticidad en cada kilómetro. Olvídate del típico trayecto de tren aburrido, este tren es una fiesta itinerante. Desde los vendedores de samosas que pasan como si fueran artistas invitados, hasta el aroma del chai flotando en el aire, todo grita: "Bienvenido al mejor viaje de toda tu vida".
Si crees que exageramos, espera a subirte. Los locales cuelgan medio cuerpo por las puertas (no lo intentes si tu seguro no cubre imprudencias) y los turistas intentan sacar la foto perfecta. Es un caos, sí, pero uno que vas a querer repetir.
El tramo más famoso del tren de Sri Lanka: de Kandy a Ella
El tramo más famoso —y con razón— es el que conecta Kandy con Ella. Este trayecto, de unas seis horas (o más si el tren decide ir a su propio ritmo), es una de esas experiencias que justifican cruzar medio mundo.

El tren serpentea entre montañas alfombradas de plantaciones de té, atraviesa túneles oscuros que desembocan en vistas de vértigo y cruza puentes como el icónico Puente de los Nueve Arcos, el más fotografiado de todo el trayecto. ¿El mejor lugar para disfrutar del espectáculo? La tercera clase. Sí, suena contraproducente para un viaje de lujo, pero aquí es donde ocurre la magia: familias que comparten comida contigo, conversaciones inesperadas y asientos junto a ventanas gigantes para que el paisaje te robe el aliento.
¿Primera clase o aventura auténtica?
Por supuesto, hay opciones para todos los gustos. Si prefieres un poco más de comodidad, los vagones de primera clase tienen aire acondicionado y asientos reservados. Eso sí, perderás la oportunidad de sentir el viento en la cara mientras sacas la cabeza por la ventana. Pero, si te animas a la aventura, mezcla clases. Reserva en primera para descansar un rato y luego da el salto a los vagones de segunda o tercera para vivir el auténtico Sri Lanka.
Pro tip: compra tu billete con antelación si no quieres verte compitiendo con otros viajeros por un asiento decente. En estaciones pequeñas como Haputale o Nanu Oya, los billetes suelen agotarse rápido.

Todo lo que debes saber del tren de Sri Lanka
No todo es paisaje en este trayecto. Cada estación tiene su propia personalidad y merece una parada. Por ejemplo, Nuwara Eliya, conocida como Little England, es un lugar ideal para un té con pastelitos que harían llorar de felicidad a cualquier británico. Y en Haputale, un desvío te lleva a Lipton’s Seat, el lugar donde Sir Thomas Lipton supervisaba sus plantaciones mientras probablemente pensaba en cómo dominar el mercado mundial del té.
Por cierto, no subestimes la puntualidad (o falta de ella) de los trenes en Sri Lanka. Aunque la imprevisibilidad puede parecer una molestia, es más bien una excusa para explorar un poco más las estaciones y conocer a sus habitantes. Además, nunca está de más llevar snacks porque, aunque los vendedores del tren son geniales, sus inventarios son tan impredecibles como los horarios.
Además, asegúrate de llevar ropa cómoda, porque vas a estar sentado (o de pie) por un buen rato, así que nada de tacones ni jeans ajustados. Y por supuesto, prepárate para socializar: en el tren todos son amigos, desde los niños curiosos hasta los abuelos que te cuentan historias de otra época
Otra de las claves es madrugar: los trenes son populares y los mejores asientos se agotan rápido. Además, las primeras horas de la mañana tienen una luz espectacular para fotos. Y, como último consejo, ten paciencia: el tren no es rápido ni puntual, pero eso es parte de su encanto. Aprovecha para disfrutar al máximo el momento.
TURIUM TIPS
En Kandy visita el Templo del Diente de Buda, uno de los sitios más sagrados del budismo, y pasea por el relajante Jardín Botánico de Peradeniya.
En Nuwara Eliya explora las plantaciones de té y disfruta de un té tradicional en Pedro Tea Estate o Mackwoods. No te pierdas un paseo por su parque estilo inglés, Victoria Park.
En Haputale camina hasta Lipton's Seat al amanecer para unas vistas impresionantes y recorre las plantaciones que inspiraron al magnate del té.
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