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De Chamberí al Centro: estos son los palacios de Madrid que puedes visitar gratis en Open House 2025

De Chamberí al Centro: estos son los palacios de Madrid que puedes visitar gratis en Open House 2025
Open House Madrid 2025 abre las puertas de una serie de edificios que, de otra forma, serían inaccesibles para el público.
Madrid es una ciudad profundamente arquitectónica, y no solo por su monumentalidad. No es armoniosa, sino todo lo contrario. Es ecléctica: urbana y regia a la vez, práctica y ostentosa al mismo tiempo. Esconde desde colonias históricas hasta altísimas azoteas, pasando por multitud de palacios que puedes ver gracias a Open House 2025.
Esta es la decimoprimera edición que este festival celebra en Madrid. Durante cuatro días, la capital abre de manera gratuita las puertas de más de un centenar de edificios: desde estudios de arte hasta museos tan bonitos por dentro y por fuera como la Galería de las Colecciones Reales. Pero si lo tuyo son los palacios, te mostramos cuáles son los que tienes que visitar gratis sí o sí.
El Palacio de la Infanta Isabel de Borbón, en Moncloa - Aravaca
La construcción que hoy día sirve de cuartel general para el Mando Aéreo General fue, entre 1902 y 1931, la residencia de la Infanta Isabel de Borbón. Pero no te dejes engañar por su carácter militar actual: tras su fachada de ladrillo rojo se oculta un interior ostentoso, donde nada más entrar nos recibe una pintura mural protagonizada por los Reyes Católicos en el momento en el que proclamaban su reinado.

Más allá de la entrada, encontramos aún algunas de las decoraciones que la infanta a la que llamaban “La Chata” eligió para su vivienda. Un ejemplo de ello son las grandes escaleras construidas con madera de Cuba, las pinturas en los techos y las paredes, o los cuadros de Wagner, Strauss, Lully y Lizz que antaño dieron nombre a la sala de música y que hoy aún se pueden ver en el interior de una de las salas de reuniones.
Pero no es la única huella que queda de su paso por este rincón de la ciudad. Tanto los visitantes que acudan a la cita con Open House como la veintena de trabajadores que pululan por las instalaciones a diario, pueden ver aquí una réplica de la pintura de la Infanta Isabel de Borbón que encontramos en el Palacio Real.
El Palacete de Don Joaquín de la Torre y Angulo, en Chamberí
Si algo tienen en común buena parte de los edificios que nos permite visitar Open House es el motivo por el que no son accesibles al público de manera habitual: porque continúan en uso. Ese es el caso del Palacete de Don Joaquín de la Torre y Angulo, que fue proyectado por el arquitecto Luis María Castiñeira y donde a día de hoy encontramos la Embajada de Suecia.
Si bien en un principio fue diseñado para que en su interior viviese Joaquín de la Torre, su historia pronto quedaría irremediablemente unida a este país del Norte de Europa, gracias a la compra de esta casa-palacio por el diplomático sueco-noruego Fritz Wedel Jarlsberg.
Si el exterior se alza sobre las calles Españoleto, Zurbano y Caracas con su fachada de ladrillo visto y su balaustrada de piedra blanca, en el interior encontramos un gran patio central, coronado por una galería de estilo renacentista y estancias con altos techos, decoraciones neoplaterescas y coloridas alfombras.
Open House abre la puerta de El Palacio de Liria, en el Centro
Algo más antiguo que los ya mencionados es el Palacio de Liria. Fue Ventura Rodríguez, el arquitecto encargado de la construcción de la Real Capilla del Palacio Real, quien se encargó de darle forma a finales del siglo XVIII. Lo hizo, por supuesto, haciendo caso a las peticiones de don Jacobo Fitz-James Stuart y Colón, su primer propietario.
Enorme y lleno de esculturas, la residencia del actual duque de Alba destaca por su marcado estilo neoclásico. Es, prácticamente, un pedazo de París en el corazón de Madrid, pues trajo hasta la capital los gustos de la aristocracia parisina: palacios de aspecto simétrico, con columnas clásicas y una gran parcela alrededor.

Este es uno de los pocos palacios de esta lista que puede visitarse de manera habitual, pues cuenta con una amplia colección de arte que va desde pintura italiana hasta retratos ducales, pasando por tapices y grabados. De hecho, de martes a domingo pueden visitarse las obras aquí expuestas, mientras que los lunes no festivos se organiza una sesión gratuita a las 10:00.
El Palacio Parque Florido, en el barrio de Salamanca
A día de hoy alberga el museo más exclusivo de Madrid, el Lázaro Galdiano, pero el precioso edificio que ocupa el número 122 de la Calle Serrano fue en sus orígenes el Palacio de Parque Florido. Inaugurado en 1909 y construido siguiendo las formas del pabellón de la Exposición Universal de París de 1900, aún conserva de aquella época la extensísima colección de arte que recopilaron sus primeros dueños: José Lázaro Galdiano y Paula Florido.

La gran escalinata blanca del exterior y el florido jardín son el preámbulo perfecto para el rico interior, donde los colores vivos de las paredes se mezclan con detalles en dorado aquí y allá. En cuanto a las obras expuestas, guarda pinturas de los grandes maestros españoles y europeos de los siglos XV y XIX, cuadros medievales, y hasta piezas de El Greco, Goya o El Bosco.
El Palacio de Bermejillo, en Chamberí
El que fuera a principios del siglo XX el palacio de los marqueses de Bermejillo sirve de sede para el Defensor del Pueblo de España desde 1983. Esta obra de Eladio Laredo despunta en la calle de Fortuny debido a sus altas torres, sus múltiples columnas y arcos, y sus amplísimas galerías.

Por dentro, las puertas sorprenden por su estilo mudéjar, mientras que el patio y las escaleras presumen de estilo plateresco. Una de las estancias más especiales es la antigua biblioteca, llena de estanterías que, a su vez, están repletas de ediciones de libros difíciles de encontrar.
El Palacio de Fernán Núñez, en el Centro
Aunque la construcción original data de mediados del siglo XVIII, su aspecto actual viene de la ampliación que el arquitecto Martín López Aguado realizó entre 1847 y 1849. Hoy en día es la sede de la Fundación de los Ferrocarriles Españoles, aunque sigue manteniendo la distribución original, que dividía el edificio en zona noble y zona de servicio.

Los sucesivos dueños no escatimaron en lujos y, cuando uno pasa al salón de baile, parece haber entrado de pronto en la Galería de los Espejos de Versalles, con los destellos dorados brillando en todas partes.