Qué es la tendencia del lujo consciente y por qué va a cambiar radicalmente cómo se viaja en 2025

No cabe duda. Viajar es las forma más efectiva (y disfrutona) de expandir nuestros horizontes. Pero la forma en que lo hacemos debería estar siempre en constante evolución. En 2025, el viajero de lujo no solo buscará experiencias exclusivas y memorables, sino que ahora está interesado en que dejar un impacto positivo en el mundo. Pero ojo, no estamos hablando de un nuevo tipo de turismo altruista disfrazado de filantropía. El lujo consciente no implica hacer sacrificios ni renunciar a comodidades. Al contrario, esta tendencia de viaje consiste en disfrutar del mundo mientras cuidamos de él.

En la era de las casas ecológicas, la moda sostenible y los coches eléctricos, el turismo también se ha subido al tren de la conciencia ambiental y social. Este tipo de viaje va más allá del simple respeto por el entorno. Se trata de conectar con las comunidades locales, apoyar iniciativas que preservan la cultura y el medio ambiente y no dejar más huella que la de nuestros zapatos en la arena. Como bien decía Thoreau, "no es lo que miras lo que importa, es lo que ves". Y la visión de un viajero respetuoso y con un buen propósito es lo que define una nueva forma de explorar el mundo.

La importancia de los detalles en el lujo consciente

Hoy en día, muchas personas creen que lujo y sostenibilidad son conceptos incompatibles. ¿Cómo puede alguien viajar en primera clase, alojarse en un resort de siete estrellas, y a la vez contribuir a un mundo más justo y equilibrado? La respuesta está en los detalles: desde el tipo de alojamiento hasta cómo se elige pasar el tiempo en cada destino. Desde una perspectiva de responsabilidad, cada decisión cuenta.

En 2024, los destinos más demandados son aquellos que están haciendo un esfuerzo consciente por ofrecer una experiencia auténtica y responsable.

En las Maldivas, por ejemplo, las playas cristalinas no son el único atractivo. Algunos resorts de lujo han implementado políticas de utilización de la energía solar, tratamientos de aguas residuales y programas de conservación de la vida marina que hacen que alojarse allí se sienta como un verdadero acto de contribución al bienestar medioambiental. Esto no es solo una estrategia de marketing. Es un compromiso real con el planeta.

Pero no solo se trata de medioambiente. El lujo consciente también implica el bienestar de las personas. Cada vez más viajeros optan por hoteles que emplean a comunidades locales, ofrecen salarios justos, y promueven la economía circular. Por ejemplo, en Guatemala las experiencias de turismo en las que los viajeros pueden aprender sobre las tradiciones de la artesanía maya mientras apoyan a los artesanos locales, son un gran ejemplo de cómo la autenticidad puede elevar una experiencia sin comprometer el confort.

Viajar ligero sin perder el estilo

No, no hablamos de dejar de lado tu maleta de diseño ni de sacrificar tu estancia en un hotel boutique por una tienda de campaña. Viajar con propósito no está reñido con disfrutar de una copa de champán al atardecer o dormir en sábanas de algodón orgánico de 800 hilos. Lo que ha cambiado es la mentalidad con la que viajamos. El viajero consciente se preocupa por qué se lleva y qué deja.

Los objetos que llevamos en nuestro equipaje también forman parte de esta ecuación. Viajar ligero se ha convertido en una tendencia, no solo por la comodidad, sino por la sostenibilidad. Llevar solo lo necesario, elegir productos de higiene ecológicos y ropa de marcas comprometidas con prácticas éticas, son algunos gestos que marcan la diferencia.

Además, muchos hoteles de lujo ahora ofrecen amenities sostenibles, desde champús sin plásticos hasta toallas hechas con materiales reciclados, que son igual de cómodos que sus versiones tradicionales, pero mucho más amigables con el entorno.

Y no es solo el equipaje físico lo que deberíamos aligerar. En este nuevo paradigma del lujo consciente, menos es más también en la forma en que experimentamos los destinos. Evitar los circuitos turísticos abarrotados y, en su lugar, optar por experiencias más íntimas y personalizadas no solo ofrece un descanso del bullicio, sino que contribuye a una relación más armoniosa con los lugares que visitamos.

Oportunidades para el enriquecimiento personal

Piénsalo. Viajar con propósito no solo contribuye al medio ambiente y a las economías locales, también tiene un efecto transformador en quien viaja. Más allá de coleccionar sellos en el pasaporte, ahora queremos regresar a casa con una visión diferente del mundo y de nuestro papel en él. Este tipo de viaje nos lleva a reflexionar sobre el tiempo que invertimos en los lugares que visitamos, las conexiones que hacemos y el conocimiento que adquirimos en cada destino.

Algunos viajeros encuentran este enriquecimiento personal en retiros espirituales, donde el lujo no está en la opulencia de los espacios, sino en el bienestar integral que ofrecen. Desde retiros de yoga en Bali, hasta estancias en lodges remotos en África, estas experiencias combinan el descanso y la autorreflexión con una conexión más profunda con el entorno.

En otros casos, viajar con propósito puede ser simplemente aprovechar la oportunidad para aprender algo nuevo: un taller de cocina tradicional en Japón o una visita a una bodega familiar en Francia donde los métodos de producción respetan el entorno y las tradiciones locales. En este sentido, el lujo consciente tiene mucho que ver con la curiosidad y las ganas de seguir aprendiendo.

TURIUM TIPS

Opta por hoteles y resorts que implementen prácticas ecológicas como energía renovable, reciclaje, y apoyo a comunidades locales. Busca certificaciones como Green Globe o EarthCheck.

Apoya economías locales comprando productos y souvenirs directamente de artesanos de cada lugar.

Evita el turismo masivo en destinos menos conocidos o visita los principales fuera de temporada alta. Esto reduce la presión turística sobre ciertos lugares y te permite disfrutar de experiencias más auténticas.

Lleva productos reutilizables como una botella de agua reutilizable, cubiertos de bambú y bolsas de tela. Estos pequeños gestos pueden evitar el uso innecesario de plásticos durante tu viaje.