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Este bonito pueblo de la Selva Negra esconde un secreto: el monasterio abandonado más impresionante de Europa
Calw es un pueblo con mucho encanto que se encuentra en Alemania, en la región de la Selva Negra. Su curiosa arquitectura provoca que pasear por sus calles se asemeje a adentrarse en un cuento de hadas. Allí se encuentra la Abadía de Hirsau, uno de los lugares abandonados que más interés despierta.
La Selva Negra, conocida en alemán como Schwarzwald, es una región fascinante y casi mística ubicada en el estado de Baden-Wurtemberg, al suroeste de Alemania. Este territorio alberga el mayor bosque de hayas de Europa. Si algunas vez has visitado un pueblo de la Selva Negra, sabrás que el lugar fascina al que la visita por su apabullante belleza natural, por lo llamativo de su fauna y lo cautivador de las aguas cristalinas de sus ríos y lagos.
Este lugar viene a demostrar que Alemania es mucho más que la vanguardia de Berlín y destaca por su amplia oferta de sitios de interés cultural y turístico. Otra de las razones por la que los viajeros no dejan de elegirla como destino es su exquisita cocina, que pone el broche de oro a la experiencia.
Su nombre tiene origen en la densidad de sus bosques de abetos y pinos, los cuales confieren una apariencia sombría a quienes transitan por sus senderos. Según la tradición popular, esta región recibió el nombre de Silva Nigra por parte de los romanos. Tiene una extensión de 11.100 km². En sus bosques de abetos y pinos se encuentran una gran diversidad de paisajes. Aquí encontrarás ríos, cascadas, lagos, fuentes termales, grutas y pequeños valles, así como una abundante fauna silvestre.
La Selva Negra se divide en tres regiones: norte, centro y sur. Al norte encontramos la ciudad de Pforzheim. Conocida también como ciudad del oro Goldstadt, es una de las entradas a este gran bosque, en el que encontramos ciudades como la encantadora Calw.
Además de ser una de las poblaciones más bonitas de la zona, la ciudad de Calw fue durante la Edad Media un importante centro económico y comercial de la madera, la sal, el cuero y los textiles. También destacó por el monasterio benedictino de Hirsau, fue uno de los más grandes e influyentes al norte de los Alpes en Alemania.
Qué ver en Cawl, el pueblo de la Selva Negra con más encanto
Calw se sitúa en un entorno boscoso con colinas repletas de abetos y pinos. Una ruta circular de 13 kilómetros recorre este paraje y permite disfrutar de este precioso paisaje. Este sendero tiene su inicio en el centro de la ciudad y llega hasta Bad Teinach-Zavelstein.
Si hay algo especial de Calw son sus calles, su mayor atractivo es perderse por ellas, admirar la arquitectura de sus edificios y las fachadas de sus casas de colores con entramados de madera. Además de disfrutar de sus encantadoras plazas, también puedes beneficiarte de las aguas medicinales de sus baños termales y probar la deliciosa gastronomía alemana. Aun así, a pesar de ser un pueblo pequeño, hay varias cosas reseñables que no te puedes perder de Calw.
El Parque de la Poesía, Stadgarden, es una de las paradas obligatorias. Fue construido en 1871, es uno de los primeros senderos naturales de Calw. La peculiaridad por la que recibe su nombre es que a lo largo del camino hay placas de metal con poemas ordenados por las estaciones. Continuamos por el Georgenäum, un llamativo edificio que podemos encontrar junto a una de las entradas del parque. La intención de sus fundadores al construirlo fue la de mejorar la educación de los ciudadanos de Calw. Hoy en día allí se encuentra la sede de un conocido coro de niños.
Si avanzamos unos metros nos encontramos con el Salzkasten, o Caja de sal en español, nombre que recibió en 1722 por la función que desempeñaba. Es una construcción muy representativa de Calw. Se levantó en 1696 para guardar el oro blanco; así se referían los habitantes a la sal, debido a que su comercio se consideraba un privilegio.
En la Marktplatz, o Plaza del Mercado, se respira la verdadera esencia de la arquitectura propia de la Selva Negra. Allí se encuentran tanto el antiguo ayuntamiento como la Fuente del León, la más emblemática de la ciudad. En 1692, un devastador incendio arrasó la mayor parte de los edificios del centro. No obstante, fueron restaurados y convertidos en las características casas con fachadas coloridas y entramados de madera. Calw alberga más de 200 edificaciones protegidas que datan de finales del siglo XVII.
En la plaza del Mercado se encuentran algunos de los edificios más importantes de esta población, como Stadtkirche Peter und Paul, la Iglesia de Calw. Es un edificio llamativo por su puntiaguda torre que destaca por encima de todas las fachadas. En el número 6 de Marktplatz se halla el edificio donde residió el poeta y escritor Hermann Hesse durante sus primeros años de vida. También en esta plaza está el museo dedicado a su figura, ubicado en el histórico Palacio Municipal Haus Schüz. En su interior se puede admirar una amplia colección dedicada al autor.
El puente de San Nicolás, construido en piedra en el año 1400, es otro de los tesoros que se encuentran en esta población. En él hay dos monumentos relevantes de la localidad: la Capilla de San Nicolás, con una figura a cada lado que representan un comerciante de telas y un balsero, pilares económicos de Calw; y la estatua de Hermann Hesse.
No puedes quedarte sin visitar la Abadía de Hirsau, un complejo monacal abandonado en mitad de la Selva Negra. Se encuentra muy cerca de Calw, en la pequeña aldea de Hirsau, a solo siete minutos en coche. A día de hoy es el monasterio abandonado más impresionante de Europa. Antaño fue la Abadía de San Pedro y San Pablo, Kloster St. Peter und Paul en alemán, uno de los monasterios benedictinos más importantes de Alemania.
A día de hoy solo se conservan algunas ruinas, ya que en 1692, durante la Guerra de los Nueve Años, fue devastado. Aun así, las ruinas merecen una visita, pues es uno de los lugares abandonados más bonitos del continente europeo. Es curioso observar que las ruinas han quedado atrapadas entre las viviendas de Hirsau y que algunos de sus antiguos edificios están habitados o se usan como oficinas.
TURIUM TIPS
Si eres más de dulce que de salado no puedes irte de Calw sin probar su típica tarta de cerezas, Schwarzwälder Kirschtorte; de manzana, Apfelkuchen; y sus pastas caseras, Spätzle. El aguardiente de frutos rojos, Kirschwasser, es otra de sus especialidades.
Si dispones de coche y tiempo hay lugares con mucho encanto a una hora o menos de Cawl, como el Lago Mummelsee, las ruinas de Allerheiligen, Friburgo de Brisgovia, la Torre mirador de Bab Wildbad o Baden-Baden.
Si quieres hacer un viaje más completo muy cerca de la Selva Negra se encuentra la región francesa de Alsacia y muchas personas deciden visitarlas de forma conjunta.
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