Quattro Canti, la plaza más importante de Palermo. Foto: Unsplash/Olya Velychenko

Por qué Ripley es el guía perfecto de Palermo: las localizaciones de la serie de Netflix en la capital de Sicilia

La miniserie de Netflix es uno de los estrenos que más han gustado en 2024. Se han utilizado más de 200 localizaciones en toda Italia y las de Palermo tienen algo muy especial.

Álvaro Hermida | 19 Abr 2024

No ha dejado a nadie indiferente. La nueva miniserie de Netflix ha sido de los principales temas de conversación entre amigos y compañeros de trabajo durante toda la primera mitad de abril. Basada en la saga de novelas de Patricia Highsmith (conocida como Ripliad), la miniserie sigue los pasos de Tom Ripley a través de Europa (principalmente Italia) con el objetivo de devolver a Estados Unidos a Dickie Greenleaf, hijo de un magnate estadounidense.

Pero en Ripley hay dos claros protagonistas. El primero es Tom, y el segundo es Italia. La serie sigue al actor Andrew Scott, que interpreta al habilidoso estafador (y asesino) a lo largo de todo el país transalpino, con paradas en lugares icónicos como la costa amalfitana (hogar de una de las mejores carreteras de Europa); Nápoles, la ciudad más auténtica de Italia o, por supuesto, la inevitable Roma.

Los años 50 en Italia son un icono que ha trascendido en el tiempo, y todavía ese espíritu pasado es uno de sus principales atractivos turísticos. Ripley explota este hecho en más de 200 localizaciones diferentes. Pero entre todas ellas, las de un lugar en concreto destacan por encima del resto: “la mia bella Palermo”. Estos son los lugares de la capital de Sicilia que aparecen en la serie (y qué hacer cerca de ellos).

Santuario di Santa Rosalia, la iglesia en un acantilado que enamoró a Goethe

Se trata de una iglesia (y lugar de peregrinaje) construido en el siglo XVII en honor a la patrona de la ciudad en la pared de un barranco rocoso. Se encuentra en el punto más alto del Monte Pellegrino, que separa el centro de la ciudad del Mar Tirreno.

Una larguísima escalera es la que te permitirá acceder tanto a la iglesia como a las cuevas sobre las que fue construida. Para ello deberás ascender un total de 429 metros, pero dado el mirador en la cumbre, desde donde tendrás una vista inmejorable de la ciudad y del Mediterráneo, merecerá la pena. De hecho, ese consejo no lo damos nosotros, sino el autor alemán Johann Wolfgang von Goethe (aunque conocido solo como Goethe), que visitó el santuario en 1787 y que escribió al respecto: “Cuando llegamos a la cima de la montaña, donde forma un nicho en la roca, nos encontramos ante un muro escarpado del que parecen colgar la iglesia y el convento. El exterior de la iglesia no tiene nada de atractivo; Abres la puerta con indiferencia, pero al entrar te sorprende el mayor asombro” (algo así como lo que ocurre al salir de uno de los túneles de Salzburgo y encontrate con uno de sus amaneceres).

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Calles de Palermo con la catedral al fondo. Foto: Unsplash/Stephan Dudycha

Más allá de la iglesia, todo el Monte Pellegrino está repleto de pequeños tesoros como su “Labirinto Meditativo”, escondido entre los pinos que pueblan la zona, o los lagos naturales que alojan un paraíso de naturaleza a menos de 500 metros del núcleo de la ciudad. 

Quattro Canti, la plaza octogonal española en el corazón de Sicilia

Se trata de la plaza más famosa (y fascinante) de Palermo. Se trata de un área octogonal situada donde se cruzan las dos vías más importantes de la ciudad, la Maqueda y el Cassaro. Su nombre oficial (que no el más usado) es Piazza Vigliena, llamada así en honor al virrey castellano don Juan Fernández Pacheco de Villena y Ascalon, duque de Escalona. 

Tras asumir el control de la isla, en 1606 el virrey decidió qu eno podía ser que Roma contase con la plaza de las Quattro Fontane y Palermo con nada. Por ello le encargó al arquitecto florentino Giulio Lasso la construcción de un cruce similar, con cuatro estatuas y cuatro fuentes en el centro de la Capital. Tras diversos cambios de planes (y la no-planeada muerte de Lasso), la plaza se terminó (más o menos). En cada fachada debía haber una virgen palermitana (Santa Cristina, Santa Ninfa, Santa Oliva y Santa Ágata), así como un Rey y una fuente. En realidad, solo las vírgenes y las fuentes fueron instaladas. La estatua de Felipe IV fue destruida, y la de Carlos V trasladada.

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Fotograma de la miniserie. Foto: Lorenzo Sisti/Netflix

Hoy por hoy es una plaza espectacular que transmite más que simple historia o belleza arquitectónica. Es el corazón de Palermo, donde sientes que la ciudad comienza. 

A pocos metros encontrarás la Fontana Pretoria y las iglesias de Santa Caterina d’Alessandria y la de San Giuseppe dei Teatini (una al otro lado de la plaza de la otra). Son dos joyas (más) de la ciudad de Palermo. 

Oratorio de San Lorenzo, hogar del Caravaggio robado por la Cosa Nostra

En la diminuta Via Immacolatella encontrarás un pórtico que parecerá no decirte nada. Jamás te esperarías lo que aguarda al otro lado. Se trata de un oratorio católico (una especie de capilla privada diseñada para la oración religiosa de un selecto grupo, no de todos los fieles) construido en 1569 con el objetivo de reemplazar la (obsoleta) iglesia de San Lorenzo que allí se encontraba. 

Su construcción fue financiada en su totalidad por comerciantes Genoveses, y su administración se legó a la Orden de Frailes Menores Conventuales (Franciscanos). Más de un siglo después, Giacomo Sepotta, uno de los grandes maestros italianos del estuco, hizo la decoración del Oratorio, dedicándola a San Francisco. A pesar de eso, lo más importante de la capilla es la obra principal en el altar: la Natividad con San Francisco y San Lorenzo de Caravaggio. ¿La parte mala? Es una falsificación (o, mejor dicho, una réplica). El original fue robado el 18 de octubre de 1969 y jamás se recuperó. Se sospecha que la Cosa Nostra estaba detrás del robo, pero jamás se probó. Una historia que le va al pelo a Tom Ripley. 

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Oratorio de San Lorenzo en Palermo. Foto: Creativecommons

Está situado en el barrio de Castellammare o Loggia, una de las zonas con más ambiente de la ciudad (donde también se encuentra el puerto deportivo). Los restaurantes se alternan con los edificios históricos (muchos de ellos iglesias) y museos. Es el sitio perfecto por el que pasear. 

Catedral de Palermo, 600 años en construcción

Se trata de uno de los edificios más famosos de Palermo. Se encuentra en el barrio de Monte di Pietà (conocido localmente como “Il Capo”). Es muy próxima a Quattro Canti. A pesar de que su construcción comenzó en 1185, se le han ido añadiendo secciones una y otra vez. De hecho, la última de ellas data del siglo XVIII. Esto hace que sea muy difícil clasificarla en un solo estilo arquitectónico, pues 600 años de historia del arte tienen un gran impacto en sus formas y estructuras.

Tanto es así que, a pesar de su rica historia, la última de sus renovaciones tuvo lugar en 1781, cuando el arquitecto italiano Ferdinando Fuga rediseñó la totalidad del interior de la catedral.

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Vista de la Catedral de Palermo. Foto: Unsplash/Shana van Soosbroek

Sería hipócrita decir que la catedral se encuentra en la zona con más ambiente de Palermo (dado que ese honor ya se lo hemos dado a Castellammare), pero lo cierto es que la capital de Sicilia es un “todo”. Dicho de otro modo: lo mejor que puedes hacer en Sicilia es perderte y, como Ripley (cuando no está tramando el siguiente paso de su malévolo plan), leer el periódico en una terraza y buscar caravaggios, como solía hacer el bueno de Dickie Greenleaf.

TURIUM TIPS  

Si buscas un sitio donde alojarte, Palermo tiene el espectacular Palazzo Santamarina, un hotel (y spa) boutique de lujo situado en pleno centro de la ciudad. Su diseño interior íntimo y casi-subterráneo contrasta con sus espectaculares vistas (sobre todo hacia la catedral). Un lugar que merece muy mucho la pena. 

La gastronomía siciliana y palermitana es (y esto habrá quien lo discuta hasta la muerte) la más importante de Italia. Es una ciudad dedicada en cuerpo y alma a la comida. Con esto en mente, una de las mejores inversiones que podrás hacer es reservar tu puesto en el tour culinarioSavoring Palermo: In the Markets and Beyond”. Comida tradicional, helados, puestos de street food… todo mientras paseas por una de las ciudades más bonitas del mundo. 

Un poco alejado de las localizaciones antes mencionadas (aunque cerca igualmente) se encuentra el Palacio de los Normandos y sus patios interiores repletos de arcos y columnas. Se trata de un edificio del siglo IX perfectamente conservado que eleva la arquitectura, arte e historia de Palermo al siguiente nivel.