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Así se ha reinventado París para la Olimpiadas: clásicos renovados y mucho más que lujo silencioso
La gran cita deportiva de este verano ha servido de aliciente para poner a punto algunas de sus direcciones míticas, del Grand Palais a Maxim’s.
Por primera vez en la historia, la ceremonia de inauguración de unos juegos olímpicos no será dentro de un estadio, sino que la propia ciudad, sus avenidas, sus puentes, sus plazas, el propio río, servirán de escenario privilegiado del evento. Si todo sale según lo planificado, el próximo 26 de julio de 2024, miles de atletas desfilarán en barcos por el Sena, en el que sin duda será un día para la historia de la ciudad. Una ciudad que no perderá su papel estelar durante las competiciones. Siguiendo con la idea de dar protagonismo a París, algunas de las pruebas se desarrollarán en lugares emblemáticos y monumentales, como la explanada de los Inválidos, la Plaza de La Concorde, el Grand Palais, la Torre Eiffel y hasta los jardines de Versalles.
Concebida para ser admirada, la capital francesa ha encontrado la excusa perfecta para revalidar sus encantos del pasado. La recuperación de la “grandeur” parisina lleva años gestándose y abarca sus primeros espadas en todos los campos: cultura, arte, monumentos, gastronomía, hoteles de lujo, moda… Lo que estaba cerrado o moribundo renace con nueva vocación de brillar. Ni una sola joya monumental del corazón de la ciudad se desaprovecha, ni un solo nombre convertido en leyenda que ha contribuido al mito parisino se deja pasar.
Lugares míticos de París remodelados para las Olimpiadas
Aunque no estará del todo finalizado, el magnífico Grand Palais vuelve a la escena tras tres años de cierre y 466 millones de euros invertidos en su renovación. Construido para la Exposición Universal de 1900, su cúpula de hierro y cristal es una de las más célebres de la ciudad. Su nave principal y las galerías circundantes estarán abiertas durante los Juegos, y albergarán las pruebas de esgrima y taekwondo.
Otra de las grandes cúpulas de la ciudad, la de la Bolsa de Comercio, también brillará de forma especial este año. El histórico edificio es otro de los rescatados en esta nueva edad de oro de la ciudad. Lleva el sello del arquitecto japonés Tadao Ando y alberga la sede parisina de la Fundación François-Herni Pinault. Con motivo del año olímpico, el mecenas expondrá por primera vez numerosas obras maestras de su valiosísima colección.
El edificio se encuentra en una de los nuevos polos de lujo y arte parisino, muy cerca del espléndido Pont-Neuf, el puente más antiguo de París. A sus pies se erige desde 1888, La Samaritaine, otro de las leyendas destacadas y con segunda y espléndida nueva vida. De históricos grandes almacenes de París ha pasado a ser uno de los nuevos hoteles de lujo de la ciudad, el único con vistas al Sena, y un exquisito centro de shopping que ha renovado espléndidamente su decoración art nouveau y art déco (como si de un hotel milanés se tratara).
Arnault, el hombre más rico del mundo, el zar del lujo, lo adquirió en 2001 para salvarlo, financiar una obra faraónica y una exquisita restauración que ha durado nada menos que veinte años. Hoy es visita obligada, como lo es otro de los caprichos de Arnault, la renovación de la mítica Casa Dior, en la elegante Avenue Montagne, también en sus manos.
Su extraordinaria metamorfosis ha dado lugar a una espléndida flagship, el museo La Galerie Dior, que incluye los salones históricos de la maison, jardines privados, y la creación de tres espacios gastronómicos: Le Restaurant Monsieur Dior, La Pâtisserie Dior y Dior Le Café para saborear los deliciosos placeres de la "joie de vivre" francesa. Así podrás vivir París como un parisino.
Restaurantes clásicos que vuelven a ser templos gastronómicos
Y no hay alegría de vivir a la parisina, especialmente cuando cae la noche, sin el mítico Maxim’s. Sus interiores son monumento histórico, una de las joyas del Art Nouveau más queridas por los locales, que celebran la vuelta de una dirección que vieron languidecer y luego cerrar. Solo por su extraordinaria decoración, merece la pena entrar: nueva carta y nuevo club con música en vivo. Esto hace de París una ciudad con mucho ambiente, al igual que Amberes, la ciudad que mejor huele de Europa.
La Tour d’Argent, uno de los restaurantes más antiguos del mundo y durante muchos años considerada dirección imprescindible para los paladares más sibaritas, también ha vuelto con nuevas propuestas. Inaugura terraza, estrena decoración y trae una propuesta sorprendente en sus cinco siglos de vida: L’Appartement, en el quinto piso, con comedor propio y la posibilidad de pernoctar en él.
Otro peso pesado, el Ritz, ha reubicado en un nuevo espacio su célebre restaurante L’Espadon. Por primera vez en los 125 años de historia del hotel, se podrá cenar espléndidamente en sus jardines. También ha renovado sus patios y sus jardines Le Bristol, otro de los mejores hoteles de la ciudad, de la mano en este caso de Marie-Caroline Willms, responsable del saludable soplo de aire fresco del Marbella Club.
Este rescate de la grandeur estaría incompleto sin una visita al Hôtel de la Marine, en la Plaza de la Concordia, escenario de la ceremonia de apertura de los Juegos Paralímpicos, que tendrá lugar el 28 de agosto. La antigua sede del Estado Mayor de la Marina, de donde toma el nombre, es una joya del siglo XVIII ahora abierta al público tras una restauración ejemplar y costosísima.
El museo es un viaje en el tiempo, una experiencia estética e histórica memorable: escritorios, chimeneas, tapices, lámparas, cuadros, etc. Tratándose de París, la gastronomía está a la altura, especialmente con su Café Lapérouse y Musiam by Ducasse Culture.
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