La preciosa ciudad portuguesa fortificada en forma de estrella que es Patrimonio Mundial

Caminando por las estrechas y empinadas calles de Elvas, una pequeña ciudad en la región del Alentejo, es fácil notar que hay algo especial en ella que la hace única. La geometría aquí se vuelve casi palpable. Este es uno de los lugares más bonitos de Portugal y una ciudad que destaca por su gastronomía, no un destino cualquiera. Está esculpido y cuidadosamente trazado con la forma de una estrella, como si un cartógrafo del Renacimiento hubiese decidido experimentar con la arquitectura a gran escala.

¿Y por qué una estrella? Esa es una de las preguntas que surgen cuando uno se enfrenta a las poderosas murallas de la ciudad. La respuesta, como muchas otras en la historia de las civilizaciones, tiene que ver con la defensa. Durante siglos, Elvas se convirtió en un importante enclave para la protección de la frontera entre Portugal y España. Fue el lugar donde la arquitectura militar alcanzó su cumbre durante los siglos XVII y XVIII, creando una fortificación única en el mundo. Y por eso no es de extrañar que en 2012 la UNESCO declarara esta ciudad como Patrimonio Mundial.

La historia de Elvas, la ciudad en forma de estrella

Elvas es el resultado de siglos de evolución en la ingeniería militar, combinada con la necesidad estratégica de proteger el territorio portugués de las constantes amenazas provenientes de España. Las fortificaciones abaluartadas, diseñadas para resistir el fuego de artillería, tienen una forma que optimiza tanto la visibilidad como la capacidad de resistencia frente a los ataques.

Las murallas que rodean la ciudad y los fuertes cercanos, como el Forte da Graça o el Forte de Santa Luzia son obras maestras de la ingeniería militar. Al recorrer estos muros es difícil no admirar la precisión con la que se calcularon los ángulos, las pendientes y los baluartes. Cada piedra parece haber sido colocada con un propósito claro.

Pero no todo en Elvas es piedra y pólvora. Detrás de esas imponentes murallas se esconde una ciudad llena de vida, historia y cultura. También es famosa por el Acueducto da Amoreira, una obra de ingeniería hidráulica que llevaba agua desde kilómetros de distancia hasta la ciudad. Este coloso de piedra, con sus cuatro niveles de arcos, fue construido durante el siglo XVI y sigue siendo un emblema de la ciudad.

Cuando el sol se pone, las luces doradas del atardecer tiñen los tejados de las casas encaladas y el aire se llena del aroma de la comida alentejana.  El ritmo pausado de la ciudad invita a sentarse en una terraza, pedir un vino local y disfrutar de una experiencia que solo los mejores destinos gastronómicos pueden ofrecer. 

Todo lo que tienes que ver en Elvas

Además de ser una joya por su arquitectura, Elvas también destaca por su inconfundible cultura. Las festividades locales, como la Feria de São Mateus, que se celebra en septiembre, son un buen ejemplo del espíritu festivo de la región. Pero si hablamos de tradiciones, la gastronomía de Elvas ocupa un lugar destacado. La ciudad es famosa por sus azeitonas de Elvas (aceitunas encurtidas), y sus dulces típicos, como la sericaia, un postre a base de huevos y canela que se sirve con ciruelas confitadas. Y, por supuesto, en esta parte del Alentejo, no pueden faltar los vinos robustos que maridan a la perfección con los platos locales.

Además de la gastronomía, la ciudad destaca por su arquitectura. La Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción y la Capilla de las Damas son ejemplos magníficos del arte sacro portugués. En su interior, se pueden contemplar altares dorados y azulejos pintados típicos de la zona. Elvas resume un país completo en una pequeña porción de terreno. 

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