Descubre Rascafría, el pueblo de Madrid donde mejor se come
Rascafría destaca por su monasterio y por su excelente gastronomía. Foto: iStock.

Este es el pueblo cerca de Madrid donde mejor se come: tiene un monasterio gótico y un bosque increíble

Rascafría es uno de los pueblos más bonitos de la Comunidad de Madrid, que embruja a todo el que lo visita gracias a sus paisajes naturales, sus edificios monumentales y su espectacular gastronomía.

Lucía Lorenzo | 6 Feb 2025

Que la Comunidad de Madrid sea una de las más visitadas de España no debería sorprender a nadie. Más allá de la Gran Vía y de las calles del centro donde se ocultan los mejores restaurantes y los museos preferidos de los madrileños, merece la pena hacer una visita a la capital y a sus alrededores. A poco más de una hora de la ciudad, encontramos lugares como Rascafría: un pueblo precioso rodeado de bosques finlandeses. Además, los entendidos dicen que este es el pueblo cerca de Madrid donde mejor se come, y un recorrido por sus locales te hará entender por qué.

Razones para ir a comer a Rascafría

Tal vez, si te paras a pensar, no se te venga a la mente ningún plato típico de esta localidad. Si vives fuera de Madrid, incluso puede que no conozcas en absoluto el municipio. Sin embargo, seguro que si te hablamos de los potajes de judías sanabresas, del cordero o del cochinillo asado, te entran ganas de venir a visitarlo.

Así es la gastronomía tradicional de la Sierra de Madrid: contundente, llena de platos calientes y elaborada con productos locales y de temporada. Las setas que se recogen en la Sierra Norte, los productos de la matanza, la carne de caza y las legumbres son los protagonistas indiscutibles de multitud de comidas.

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Las setas son uno de los productos estrella de la gastronomía de Rascafría. Foto: Pexels.

Restaurantes como el Asador la Abuela elaboran, con esa maestría que solo da el tiempo, platos como el auténtico cocido montañés o las patatas revolconas con torreznos. Al ser uno de esos pueblos que se encuentran a medio camino entre Madrid y Castilla y León, se han empapado de lo mejor de la gastronomía castellanoleonesa para dominar el cocinado del cordero lechal y del cochinillo, con una calidad que haría sonreír a cualquier segoviano.

Aquí, incluso los nombres de los mesones tienen ese toque tradicional tan español que te deja adivinar, incluso antes de entrar, que vas a comer bien. En el Restaurante Conchi las croquetas de setas y queso picón se deshacen en la boca y los judiones con carne de matanza te llevan directamente a aquellas comidas en el pueblo de la infancia. Nuestros platos preferidos son el crêpe de morcilla y la sopa castellana, ambos con un sabor intenso que se queda grabado en la mente y el paladar.

Si el día es bueno, lugares como La Petite Brasserie te permiten disfrutar de la comida y de las vistas a la sierra desde la terraza a partes iguales. Aunque se trata de una opción menos tradicional, que acerca la gastronomía de los Alpes al centro de España, ofrece platos tan típicos como el pisto o la tortilla de patata. Sin embargo, no puedes irte sin probar su tartiflette: una receta francesa hecha con patatas y queso que te hará entrar en calor.

Qué ver en Rascafría

Cuando te acercas a Rascafría a comer y empiezas a callejear, el embrujo de su belleza te hace querer perderte en su interior. La localidad, en constante contacto con la naturaleza, está rodeada de pinares, hayedos, embalses y cascadas que hacen que el recorrido hasta allí sea una maravilla en sí misma. Las vistas del pueblo se cubren de verde con el buen tiempo y desafían el gris de la sierra que se alza a sus espaldas.

Pero no todo es naturaleza aquí. Entre sus muchos encantos, este municipio oculta uno de los edificios góticos más espectaculares de toda la comunidad: el Monasterio de Santa María del Paular. Aunque fue fundado por la Orden de los Cartujos a finales del siglo XIV, ahora pertenece a la Orden de San Benito. También su aspecto ha cambiado con el paso de los años: si bien su origen es gótico, tiene elementos propios del barroco, como la preciosa Capilla del Sagrario, decorada con mármoles de colores y volutas doradas.

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El Monasterio de Santa María del Paular. Foto: Pexels.

Desde el exterior, las torres y las cúpulas atraen las miradas, convirtiéndose en el centro del paisaje. En el interior, destaca sin duda el retablo de la iglesia, que narra el desarrollo de diecisiete escenas bíblicas talladas en alabastro policromado.

Muy cerca encontramos el Puente del Perdón, también del siglo XIV. El paso sobre el río Lozoya, asfaltado en piedra, actúa como vía de entrada al monasterio y se integra a la perfección con él, como una pieza más del conjunto. Además, este puente tiene una importante carga histórica, pues vio el indulto de cientos de presos durante la época de la Inquisición, de ahí su curioso nombre.

Como no podía ser de otra manera, todos los que pasan por Rascafría acaban visitando su bosque finlandés, donde los robles y los abetos entrelazan sus ramas sobre las cabañas de madera. En otoño sus hojas se visten de dorados, mientras que durante la primavera y el verano, colorean los alrededores del municipio con pinceladas de color verde intenso.

TURIUM TIPS

Si disfrutas de un día caluroso, acércate a las Presillas, unas amplias piscinas naturales rodeadas de árboles que te ayudarán a refrescarte.
Para los amantes de los platos de cuchara, el 30 de noviembre se celebra San Andrés, donde es tradición que los vecinos de Rascafría organicen una comida popular donde los cocineros del pueblo reparten judías serranas.