Vista de Roma desde el Castillo de Sant'Angelo. Foto: iStock

Roma para principiantes: la mejor ruta a pie para descubrir el corazón de la Ciudad Eterna

Es un destino obligatorio. No es de extrañar, pues lleva más de dos milenios dejando sin palabras a todo aquel que pone un pie dentro de sus murallas, ya fueran emisarios bárbaros o turistas veraniegos.

Álvaro Hermida | 18 May 2024

Roma es una delicia. Es uno de esos pocos destinos donde es prácticamente imposible hacerlo mal. Sales a la calle y los monumentos, ruinas y otros restos de la historia más rica de Occidente parece que se te caen encima. Es imposible esquivarlos. Puedes llegar sin saber absolutamente nada y lo disfrutarás como un niño. Un destino a prueba de fallos. Sin conocerlo, los disfrutarás más incluso que París como un parisino.

Pero hay otra roma, una para “connoisseurs”, o como dirían los italianos, los "conoscitori". Una capaz de darte muchísimo más que el Panteón y el Coliseo, aunque estas dos maravillas no tienen parangón y, si no vas, cometerás un error mayúsculo, por masificados que estén.

La “otra” Roma tiene un espíritu diferente. No es solo bonita e interesante, sino que te hace sentir de un modo particular. Dicho de otro modo: da un placer tangible, casi físico, simplemente por el hecho de estar en ese lugar y hacer las pequeñas cosas que hacen de la capital de Italia uno de los mejores destinos que un ser humano pueda visitar en su vida. Su espiritualidad, por momentos, recuerda a lo que sientes la primera vez que ves un amanecer con la canción de campanas en Salzburgo.

Qué hacer en Roma

Acabemos cuanto antes con los “obligatorios” que todo el mundo conoce, pero necesitan mención. El mejor edificio, no de Roma, sino del mundo, es el Panteón de Agripa. No hay discusión al respecto. Se trata de un edificio (en la actualidad consagrado como iglesia católica) que, tanto desde un punto de vista artístico como técnico, sigue dejando a todo aquel que pone pie en su interior irremediablemente boquiabierto.

El año que viene se cumplirán 1900 años desde su finalización. Fue encargado en el año 118 por el emperador Adriano y su gran cúpula con óculo. Desde un punto de vista técnico, el logro es mayúsculo, pues es la mayor del mundo que no está armada (reforzada).

Del mismo modo, también es obligatoria la visita al Coliseo, pues su majestuosidad es inefable y a la Capilla Sixtina. En este último lugar, de todos modos, deberás tener en cuenta que es uno de los lugares más visitados del planeta y que las colas y el agobio de miles de turistas son la cosa más habitual del mundo.

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El panteón de Agripa, en Roma, iluminado al caer la noche. Foto: Unsplash/Daniel Zbroja

Por supuesto, esta lista de 3 monumentos deja de lado tantas cosas que parece un acto criminal. No mencionar la Columna de Trajano, el Foro, la Fontana di Trevi, el Circo Máximo, las Catacumbas, las Termas de Caracalla… es terrible, pero el espacio es limitado y hay una Roma desconocida y lujosa que hay que explorar.

Andar es esencial, a pesar de que sea una de las ciudades más grandes de Europa. Muchos de los monumentos que se han obviado se descubren “pateando” las calles de la ciudad, de forma casi involuntaria. Más allá de eso, el mejor lugar para empezar es el barrio de Trastevere, en la linde occidental del Tíber, justo al sur de la Ciudad del Vaticano. Se trata del barrio más underground de Roma, donde las estrechas calles adoquinadas son hogar de street art, de pequeñas y encantadoras tiendas de artesanía y de diminutos bares y restaurantes. De hecho, es uno de los barrios que más recuerda a las visitas de Ripley a Roma, en la nueva Miniserie de Netflix. Aquellos que la hayan visto reconocerán más de una localización en esta parte de la ciudad.

Además, tendrás al lado una de las principales joyas desconocidas de la Ciudad Eterna: Gianicolo. Se encuentra justo al oeste de Trastevere. Se trata del punto más alto de Roma, desde donde se ve absolutamente todo. Además, en la plaza Gianicolo tienes diversos monumentos muy relevantes, como el dedicado a Giuseppe Garibaldi y el enorme Parco del Gianicolo, uno de los más bonitos y mejor cuidados de Italia.

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Vista aérea de la Plaza de San Pedro, en el Vaticano. Foto: Unsplash/Caleb Miller

En segundo lugar, está el barrio de Pigneto, al sur de la estación de tren. Es un lugar que hace 20 años no habría aparecido en ninguna guía. Algunos expertos lo definen como “la respuesta romana a Brooklyn, en Nueva York”. Se trata de una zona llena de casas bajas, que tiempo atrás era trabajadora, pero dada la expansión del centro, ahora su valor se ha multiplicado sobremanera. En ella encontraremos restaurantes con terrazas ajardinadas y arte callejero.

Tu siguiente parada, si te gusta comer, debe ser el Mercato di Testaccio. En el pasado se trataba del mayor matadero de toda Europa, donde a sus trabajadores se les pagaba en carne (una práctica conocida como el “quinto quarto”). Hoy en día es el epicentro culinario de Roma, donde encontrarás todos y cada uno de los ingredientes necesarios para sumergirte en una de las gastronomías más valoradas del mundo. Al igual que ha ocurrido con muchos mercados españoles, como es el caso del Mercado de San Fernando o el de Antón Martín en Madrid.

Todos sus puestos, en cambio, son de comida italiana, aunque mucho más auténtica que la que puedes encontrar en un restaurante: supplí alla romana, maritozzo, trippa, porchetta di ariccia… joyas deliciosas y, a la vez, desconocidas.

Cuánto tiempo necesitas estar en Roma

Su cercanía es engañosa: “está solo a un par de horas en avión, un fin de semana bastará”. Esa filosofía, aunque lógica, es el preludio de una rotura de corazón inevitable. Roma encandila, enamora, y no querrás irte. Además, hay tantas cosas que, aunque estés dos meses, siempre encontrarás algo nuevo y espectacular que ver o hacer.

Un fin de semana da para ver lo básico, sin profundizar mucho, y dar la sensación de haber estado nada más. Pero Roma es mejor que eso y se merece mucho más. Su vuelas un viernes por la tarde y regresas el domingo en el último vuelo, tendrás la impresión de haber tirado el dinero, con una ciudad que te invitaba a quedarte con los brazos abiertos y la decepción de abandonarla antes de tiempo.

Si tienes esto en cuenta, el mínimo, en cualquier caso, debería ser una semana completa, y eso sin salir del centro (olvídate de subirte a un tren para visitar otras zonas de Italia). Ese es el precio a pagar por estar en uno de los mejores lugares que hay en el planeta.

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Cista de roma desde la Plaza de Gianicolo, el punto más alto de la ciudad. Foto: Unsplash/Zhengyu Iyu

TURIUM TIPS

Una de las mejores tiendas de quesos del mundo. Este producto lácteo no pasa jamás de moda, e Italia es el lugar idóneo para deleitarte con él. En el barrio judío de Roma, muy cerca del Panteón, encontrarás una pequeña tienda llamada Beppe e I Suoi Formaggi, donde podrás comprar algunos de los mejores quesos tradicionales (no solo italianos, aunque es recomendable limitarse a ellos), así como vinos, de toda Italia. Es una de esas tiendas que llaman la atención, aunque “solo sea para mirar”, y de la que saldrás con bolsas llenas que no sabrás cómo traer a España.

El mejor cacio e pepe que existe en el mundo. Roma es una inmensa trampa para turistas. Cualquier restaurante o bar situado en una zona céntrica ofrece, por mucho dinero, un producto que no está a la altura de lo que propone. Para evitarlo, puedes dirigirte al norteño barrio de Prati, que no es uno de los más populares o visitados. Aquí, alejado del ruido, encontrarás un diminuto restaurante de barrio llamado Cacio e Pepe (queso y pimienta negra) el nombre de una de las pastas tradicionales más simples y ricas de Italia. Aunque todas las variedades que ofrecen en la carta están buenas, evítalas y pide el plato homónimo al restaurante: es el mejor cacio e pepe del mundo.

Alojarte con el lujo más sensible. La tienda de Fendi en la Via della Fontanella di Borghese de Roma fue rediseñada recientemente y parte de ese proyecto incluía la creación de unos apartamentos llamados Fendi Private Suites. Se encuentran en el céntrico barrio de Campo Marzio, pegado a la Fontana de Trevi y el marcado estilo de la lujosa marca romana está impregnado en todos y cada uno de los rincones del hotel.