Si vas a Vigo a ver las luces de Navidad, no te pierdas estos sitios secretos de la ciudad gallega con más encanto

El invierno en Galicia tiene una atmósfera especial, tanto en sus preciosos y encantadores pueblos como en la ciudad. Y esa atmósfera especial tiene un brillo diferente y único concretamente en una de sus grandes urbes: Vigo. Desde hace ya algunos años, al llegar la Navidad, esta ciudad gallega se convierte en un mar de luces. A finales de año hay mil sitios que visitar en Vigo, cuya decoración navideña desafía incluso a las luces de Nueva York.

La iluminación de Vigo ha ganado fama tanto en el interior de España como fuera de ella, hasta el punto de que peregrinar a esta ciudad durante la temporada navideña se ha vuelto casi un ritual. Pero más allá de las luces que cubren las calles principales y del bullicio en la zona céntrica, Vigo esconde lugares y rincones secretos que añaden una dimensión inesperada a la visita. Para los curiosos que buscan algo más que la postal navideña estándar, estos sitios menos conocidos ofrecen una versión más auténtica de la ciudad.

Es fácil quedarse deslumbrado con el espectáculo luminoso, pero la verdadera magia de Vigo a menudo yace en sus detalles, esos que quizás solo los locales conocen. En lugar de conformarte con seguir la multitud hacia las luces de la Alameda o el árbol gigante de Porta do Sol, te proponemos un paseo alternativo. Toma nota. 

Qué ver en el barrio de Bouzas

A pocos kilómetros del bullicio del centro, el barrio marinero de Bouzas es una joya poco explorada. Sus calles empedradas y casas tradicionales reflejan el pasado pesquero de la ciudad. Aquí, el olor a mar se mezcla con el aroma de los guisos que se preparan en las cocinas locales. Es el lugar perfecto para contemplar las embarcaciones en el puerto y charlar con los lugareños, que siempre tienen una historia que contar.

Además, si visitas Bouzas un domingo, podrás recorrer su mercadillo tradicional, donde se venden desde antigüedades hasta productos artesanales. Es una oportunidad única para encontrar ese recuerdo especial de tu viaje, quizás una pieza de cerámica hecha a mano o un libro antiguo que solo esperarías encontrar en este rincón de Galicia.

Jardín del Castro, uno de los mejores sitios que visitar en Vigo

Subir hasta el Monte del Castro en Navidad es casi un ritual para quienes conocen su mayor secreto. Aunque el recorrido puede parecer empinado, al llegar a la cima la recompensa es inmejorable: una vista panorámica de la ciudad iluminada.

Desde aquí, Vigo parece una alfombra de luces extendida hacia el horizonte, una vista que ni la mejor foto en Instagram podría captar en su totalidad. Además, este jardín público, con sus restos de antiguas fortificaciones y un ambiente de tranquilidad, es la pausa perfecta en medio de la fiebre navideña de la ciudad.

El misterio del Parque de Castrelos

El Parque de Castrelos es conocido por sus amplios jardines y por albergar el Pazo Quiñones de León, un museo que guarda importantes colecciones de arte. Sin embargo, pocos saben que en su interior se encuentran senderos que llevan a rincones casi mágicos, como pequeños estanques escondidos y puentes de piedra. Durante la Navidad, el parque adquiere una atmósfera especial. Las luces tenues y la vegetación invernal crean un ambiente propicio para la introspección y la calma.

En una de las áreas menos transitadas del parque, se encuentra un antiguo laberinto vegetal. Aunque no es tan grande como otros famosos en Europa, perderse en él es una experiencia divertida y diferente, especialmente si viajas con niños. Y si tienes suerte, puede que te topes con algún músico local practicando entre los árboles. 

No te pierdas el arte urbano de Coia

Para quienes disfrutan del arte urbano, el barrio de Coia ofrece una ruta de murales y grafitis que reflejan la creatividad y el espíritu reivindicativo de la ciudad. Estas obras realizadas por artistas locales y extranjeros convierten las calles en una galería al aire libre que te sorprenderá. Desde mensajes sociales hasta coloridas representaciones de la fauna marina, el arte urbano de Coia es una muestra del carácter dinámico y abierto de Vigo.

No olvides llevar tu cámara, ya que cada mural es una obra única que merece ser capturada. Además, algunos cafés y bares de la zona también exhiben arte local en sus interiores, por lo que puedes hacer una pausa y disfrutar de una bebida caliente.

El encanto único del Casco Vello de Vigo

Perderse por las calles del Casco Vello es adentrarse en el alma más auténtica de Vigo. Este barrio histórico, con sus estrechas callejuelas empedradas y plazas llenas de vida, no es un secreto pero sí un imprescindible. En Navidad es misión imposible escapar del bullicio, pero aun así merece la pena.

Comienza tu recorrido en la Plaza de la Constitución, corazón del Casco Vello. Rodeada de edificios señoriales con soportales, esta plaza es un punto de encuentro para todo el que visita la ciudad. Aquí puedes disfrutar de un café en alguna de sus terrazas mientras observas el ir y venir de la gente.

Muy cerca se encuentra la Calle de las Ostras o Rúa Pescadería. Como su nombre indica, es el lugar ideal para degustar ostras frescas recién sacadas del mar. Las ostreras, mujeres que tradicionalmente han vendido este manjar, te servirán las ostras al momento con un toque de limón. Es una experiencia gastronómica que no puedes dejar pasar.

Continúa hacia el Mercado da Pedra, un mercado tradicional donde encontrarás desde artesanías hasta productos gourmet. Aunque es pequeño, su encanto reside en los puestos atendidos por comerciantes locales que ofrecen productos únicos y souvenirs diferentes.

No dejes de visitar la Colegiata de Santa María, una iglesia del siglo XIX que se alza majestuosa en medio del barrio. Su fachada neoclásica y su interior sencillo, pero solemne, la convierten en un lugar de paz en medio del ajetreo.

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