Entramos en las espectaculares casas de los arquitectos e interioristas más famosos del siglo XX
De pequeños pueblos a grandes ciudades, son los arquitectos los que le confieren su personalidad única. Algunos destacan por encima del resto, con edificios que marcan época y que son de visita obligatoria para todo amante de la arquitectura.
Hay quien hace turismo gastronómico por su amor por la comida y los hay que viajan a lugares recónditos para vivir experiencias extremas en plena naturaleza (como los que recorren Japón en el tren bala para visitar el monte Fuji). Pero esta vez no hablaremos de ninguno de estos dos perfiles, queremos centrarnos en otro tipo de viajeros: los que recorren kilómetros por experimentar y entrar en las maravillas de la arquitectura contemporánea: las residencias privadas de los arquitectos más influyentes.
Adentrarse en las casas de los arquitectos más renombrados del siglo XX es como hacer un viaje exclusivo por la mente creativa detrás de algunos de los edificios más icónicos de la historia, dignos del París de los parisinos. Estas viviendas sirvieron como refugios personales, pero sobre todo como lienzos experimentales donde estos visionarios pudieron poner a prueba ideas audaces sin temor a represalias.
Hoy, gracias a la preservación de estas residencias y el trabajo de las fundaciones, tenemos el privilegio de explorar estos espacios íntimos y recorrer cada una de sus estancias, llenas de objetos que estos maestros del diseño recopilaron a lo largo de sus vidas. Eso sí, reserva con tiempo antes de tu viaje porque suele ser complicado conseguir entradas.
Le Cabanon, por Le Corbusier, Cote d’Azur, Francia (1951)
Esta diminuta cabaña diseñada por Le Corbusier en 1951 es un testimonio de su sistema de medida El Modulor, basado en las proporciones humanas. Añadida a la lista de Patrimonios de la Humanidad de Unesco, la cabaña ofrece una visión profunda del minimalismo funcional que definió la carrera de Le Corbusier. Con sus paredes de 2.26m de altura, la cabaña encapsula la esencia de un refugio donde el arquitecto pasó 18 veranos, declarando que era el lugar donde se sentía plenamente en paz.
Villa E-1027, por Eileen Gray, Cote d’Azur, Francia (1929)
Diseñada por Eileen Gray a finales de 1920, esta casa cuboide marcó su debut en el diseño arquitectónico, creando un espacio que desafiaba las normas y proclamaba su visión única, a pesar de las controversias y atribuciones erróneas de crédito que mancharon su historia.
Can Lis, por Jørn Utzon, Mallorca, España (1972)
La casa de Jørn Utzon en Mallorca es una sinfonía de piedra y mar, una fusión perfecta entre la arquitectura y el paisaje natural de la isla. Disponible para alquiler, ofrece una experiencia única para sumergirse en el mundo de uno de los arquitectos más premiados del siglo XX.
La Casa de Alvar Aalto, por Alvar y Aino Aalto, Helsinki, Finlandia (1952)
En Helsinki, la casa de Alvar Aalto es una visita obligatoria para los amantes de la arquitectura como un testimonio de su enfoque funcionalista romántico. Diseñada como un espacio híbrido de hogar y estudio, esta residencia no solo refleja la armonía con su entorno natural, sino que también sirve como un laboratorio para las innovaciones en muebles y diseño de iluminación, como ocurre en las suites de este hotel milanés.
Taliesin, por Frank Lloyd Wright, Wisconsin, EE.UU. (1937)
La casa de Frank Lloyd Wright en Wisconsin es un monumento a su filosofía de diseño Prairie School, integrando piedra local y diseño orgánico para crear un espacio que es a la vez íntimo y expansivo. Con una historia marcada por la tragedia y la reconstrucción, Taliesin es un testimonio resiliente del genio de Wright.
Casa Eames, por Charles y Ray Eames y Eero Saarinen, California, EE.UU. (1945-1949)
Esta residencia de acero y vidrio es un icono del diseño del siglo XX, un manifiesto del estilo de vida indoor-outdoor que caracterizó aquella época. Preservada tal como la dejaron sus creadores, la Casa Eames es una cápsula del tiempo que ofrece una visión íntima de la vida y obra de dos de los diseñadores más influyentes de América.
Casa y Estudio de Luis Barragán, Ciudad de México, México (1948)
La Casa Barragán, desde su fachada discreta, esconde un interior lleno de luz y color, reflejando la firma del arquitecto ganador del Premio Pritzker. Esta residencia con una atmósfera casi monacal, sirve como un estudio de la luz, el color y la textura que define la arquitectura emocional de Barragán.
El Rascainfiernos, por Fernando Higueras, Madrid, España (1972)
Construido bajo la tierra en contraposición a los rascacielos, El Rascainfiernos es un estudio subterráneo que desafía las nociones convencionales del espacio arquitectónico. A través de sus grandes lucernarios, Higueras logra un juego de luz y sombra que transforma este espacio en una obra de arte habitable, manteniendo una temperatura agradable durante todo el año.