En Milán hay mucha vida más allá de la plaza del Duomo. Foto: Pexels.

Milán en un fin de semana: arte, diseño, negronis y villas de cine donde se detiene el tiempo

Milán es diseño y sofisticación en estado puro. Entre deliciosos negronis y la dolce vita de la magnífica Villa Necchi, la ciudad revela sus tesoros a quienes saben buscar más allá de lo obvio.

Aleks Gallardo | 19 Ene 2025

Si Milán fuera una prenda de vestir, sería un traje hecho a medida con botones forrados de terciopelo: discreto pero absolutamente impecable. La ciudad no necesita gritar para destacar, porque su encanto radica en los detalles. Y cuando se trata de descubrir su verdadera esencia desde uno de sus maravillosos hoteles, la mirada del experto no está en los lugares comunes, sino en los rincones donde el diseño y la historia se encuentran. Para recorrer Milán en un fin de semana y disfrutarlo al máximo, tienes que disfrutar un buen negroni con la misma atención que una obra de arte.

Milán es mucho más que moda y negocios. Es la ciudad donde los bares clásicos coexisten con espacios de diseño futurista. Aquí los palacios neoclásicos esconden patios secretos, los majestuosos pasajes inspiran al resto del mundo, como a la calle más bonita de Albacete, y una simple casa puede convertirse en el sueño de cualquier amante de la arquitectura. Bienvenidos a un recorrido que mezcla lo sofisticado y lo auténtico.

Primera parada de Milán en un fin de semana: Villa Necchi

En una ciudad llena de hitos arquitectónicos, Villa Necchi Campiglio tiene algo que pocas edificaciones logran: evocar toda una vida. Diseñada en los años 30 por Piero Portaluppi para una familia de industriales, esta joya del racionalismo italiano no solo es una obra maestra del diseño, sino también una ventana al pasado. Al cruzar sus puertas, es fácil imaginar cócteles servidos junto a su piscina, una de las primeras climatizadas en Italia, y conversaciones de la alta sociedad bajo sus techos.

La casa es un despliegue de materiales nobles: madera, mármol y metal combinados con una sensibilidad que nunca resulta ostentosa. Cada habitación está impregnada de un equilibrio entre funcionalidad y belleza, como si cada línea hubiera sido trazada con un propósito claro. Pero más allá de su arquitectura, Villa Necchi es un espacio cinematográfico en el sentido más amplio de la palabra: Luca Guadagnino, después de buscar durante años, la encontró en un libro e inmediatamente supo que era la indicada para rodar ahí Io sono l’amore junto a Tilda Swinton. Más adelante, hemos podido ver sus interiores en House of Gucci, protagonizada por Lady Gaga.

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Disfruta del diseño milanés

Igual que no se puede mencionar Nápoles sin hablar de pizza, no se puede hablar de Milán sin mencionar el diseño. Pero no nos referimos solo al Salone del Mobile o a las boutiques de Via Montenapoleone. El diseño milanés está en las cafeterías de barrio, en las sillas Cesca que decoran los restaurantes y en las luminarias que transforman un espacio anodino en un escenario sofisticado. Caminar por el distrito de Brera es como recorrer un catálogo: galerías, concept stores y ateliers donde cada pieza cuenta una historia.

Para profundizar en esta faceta, una parada obligatoria es la Fondazione Prada. Este espacio, que combina arte contemporáneo y diseño arquitectónico, redefine lo que entendemos por un museo. La visita te invita a reflexionar sobre la intersección entre lo moderno y lo atemporal.

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El exterior dorado de la Fondazione Prada, en Milán. Foto: Unsplash

Negronis y aperitivos: el alma de la tarde milanesa

En Milán, el aperitivo no es solo una tradición, es un arte. La ciudad tiene una relación especial con el negroni, ese cóctel con un equilibrio perfecto entre amargura y dulzura a partes iguales. Pero aquí, el ritual va más allá de la bebida. Los bares milaneses saben cómo transformar el momento en una experiencia: desde el clásico Bar Basso, famoso por su Negroni Sbagliato, hasta las terrazas escondidas en Navigli, donde las luces del canal se reflejan en las copas.

Si buscas una experiencia realmente única, dirígete a Camparino in Galleria, justo al lado del Duomo. Este histórico bar sirve negronis impecables y te regala una lección de estilo y hospitalidad milanesa. Y si estás en mood explorador, prueba un americano o un negroni bianco, porque cada variación tiene su propia historia que contar.

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El ambiente animado del Bar Basso en Milán. Foto: Unsplash

Cómo explorar Milán con los cinco sentidos

Para disfrutar de Milán como un experto, hay que dejarse llevar por los sentidos:

Vista: además de Villa Necchi, dedica tiempo a perderte en la Pinacoteca di Brera y sus alrededores. Observa los detalles en las fachadas de sus edificios y enamórate de la arquitectura discreta pero impactante de espacios como el Teatro alla Scala.

Oído: escucha los pasos en la Galleria Vittorio Emanuele II o el murmullo de las conversaciones acompañadas de café en Caffè Marchesi.

Olfato: pasea por el mercado de flores en Piazza Wagner o entra a cualquier pastelería y deja que el aroma del panettone fresco te guíe.

Gusto: además de los negronis, prueba un risotto alla milanese en un ristorante tradicional como Trattoria Milanese. No hay lugar para la prisa en estas mesas.

Tacto: recorre los textiles de alta calidad en las boutiques de Via della Spiga o acaricia las cubiertas de libros antiguos en las librerías de Porta Venezia.

TURIUM TIPS

Hospédate en el Bulgari Hotel Milan: una joya con jardines privados que ofrecen un oasis de tranquilidad en el corazón de la ciudad.

Prueba los panettones de Pasticceria Marchesi: este icónico lugar, fundado en 1824, ofrece dulces tradicionales italianos en un entorno sofisticado.

Compra libros en la Libreria Hoepli: una de las librerías más grandes y antiguas de Milán, perfecta para perderse entre estanterías llenas de títulos en múltiples idiomas.

Compra diseño en Spazio Rossana Orlandi: un referente en diseño contemporáneo y mobiliario de autor.